jueves, 24 de febrero de 2011

equipo 2

HUELGA DE CANANEA

INTRODUCCIÓN

Es sobradamente conocido el estado imperante en nuestro país que originó el estallido social conocido como la Revolución Mexicana. Las condiciones de trabajo eran verdaderamente terribles: largas y agotadoras jornadas, de 14 horas o más, a cambio de un salario miserable que por lo mismo hacía necesario el que mujeres y menores pasaran a engrosar la fuerza de trabajo, desde luego en peor situación que el hombre adulto en franca lucha contra éste por los puestos a desempeñar, ya que, como es de comprenderse fácilmente, el afán de lucro de los empresarios los llevaba a emplear la mano de obra más barata y menos exigente; además carecían absolutamente de prestaciones por riesgo o enfermedad del propio trabajador; ausencia de medidas de higiene y seguridad en los centros de labores; no se tenía derecho al descanso semanal remunerado; el salario, de por sí poco, no se paga siempre en efectivo, sino que existían las tiendas de raya en las que se proporcionaba al trabajador mercancías cuyo precio de descontaba de su paga, etc. Contra tal estado de cosas reaccionó el Constituyente de Querétaro y produjo lo que se conoce como la Primera Declaración de Derechos Sociales, al regular, en el artículo 27 Constitucional, la propiedad territorial, y en el 123 las relaciones entre capital y trabajo, estableciendo un sistema tutelar de los trabajadores. Así, actualmente se reconoce el derecho de los trabajadores a asociarse en defensa de sus intereses, ya que el trabajador aislado no puede luchar contra el patrón, necesita de la unión de sus iguales para igualar fuerzas, a efecto de conseguir mejores condiciones de vida. Así la asociación profesional constituye una garantía a favor de los trabajadores. Se reconoció también a los trabajadores el derecho de huelga, bajo las condiciones que la propia Constitución y la Ley Federal del Trabajo señalan. La huelga es el derecho de suspender las labores en la empresa por la mayoría de los trabajadores con objeto de lograr el equilibrio entre el capital y el trabajo. Durante ellas las relaciones individuales de trabajo y los derechos y obligaciones que son su consecuencia no se terminan, sino que quedan en suspenso. Así, en el presente trabajo se analizarán los antecedentes históricos de la huelga en México y sus primeras manifestaciones en Europa, sin pasar por alto a las históricas huelgas de Cananea y Río Blanco que sucedieron en la república durante la dictadura de Porfirio Díaz. También se dará en vistazo general a la evolución histórica y jurídica de esta figura en nuestro país, desde el presidente Lázaro Cárdenas hasta llegar a Carlos Salinas de Gortari. También se analizará a la huelga en el mundo y la evolución del artículo 123 Constitucional y de la Ley Federal del Trabajo, en lo que a la huelga se refiere. HISTORIA DE LA HUELGA En su concepción original entendida como la cesación eventual del trabajo con objeto de colapsar el proceso productivo y procurar someter el interés del patrón, al profesional de los trabajadores, la huelga se juzga en un principio, como un acto reprobable y proscrito de violencia. En 1303 el rey Eduardo I de Inglaterra prohibió las huelgas. Lo mismo aconteció en Francia y en Alemania en el siglo XVI. En 1539 una huelga de impostores en Lyon se prolongó por tanto tiempo, que dio margen a que Francisco I expidiera un edicto severo, el 28 de diciembre de 1541, prohibiendo cualquier suspensión brusca del trabajo. La primera prohibición de la huelga se dio en Francia con la ley Le Chapelier en 1791, que fue completada en el año 1810 con los artículos 410 a 414 del Código Penal. Inglaterra, llamando la atención que ni en Bélgica, ni en algunos países de América Latina se le llegó a dar esa característica delictuosa. Inglaterra, también convirtió en delito la suspensión brusca del trabajo, cuando el parlamento dictó las leyes de 1780 y 1799, según las cuales toda unión encaminada a obtener una mejora en las condiciones de trabajo constituía una conspiración cuya
finalidad era restringir la libertad de la industria. Así, todos los miembros de la unión incurrían en delito penal. La presión de los trabajadores organizados y las crecientes contradicciones entre el capital y el trabajo obligaron al Estado liberal a intervenir dentro del marco de las relaciones de trabajo, reconociendo a la huelga como un derecho. Así que como más que un mero hecho social precedente y ajeno al derecho, como simple fenómeno en bruto, la huelga emerge en rigor como un acontecimiento fáctico, con repercusión legal, del cual se derivan efectos relevantes que inciden sobre la vida de las relaciones jurídicas que envuelve. En este sentido, se presenta no como una figura jurídica, sino sólo como un modo de gestar condiciones para crear o proteger precisamente derechos. Sus fines que pueden ser tan diversos y en su caso, tan complejos, como peculiares sean la situación y los propósitos que persigan los trabajadores. Lo contrario, o siquiera la intención de limitar dichos fines fuera de la voluntad e intereses que persigan los huelguistas, equivale a transgredir el alcance y real sentido de la autonomía colectiva de los trabajadores. Y no es válido invocar que la razón y el Estado de derecho son la justificación y límite necesario de todas las pretensiones, porque en verdad se desprende que hay valores y principios que son un coto obligado al proceder ordenado del hombre, de acuerdo con la justicia y el bienestar general. Todo hombre tiene el derecho, y en la especie, los trabajadores, de que se respete su integridad, su existencia y su dignidad personal y familiar, con motivo y ocasión de su trabajo. Por lo mismo, cuenta el trabajador con la potestad de decidir, en conjunto con sus compañeros, la forma e intensidad de sus movilizaciones de lucha y resistencia sindical para enfrentar el abuso del patrón o inclusive del Estado, cuando desconozcan o violenten su interés profesional. De esta suerte, es manifiesto que los fines de la huelga dependen de lo peculiar y cambiante que resulten las causas que precipiten los conflictos colectivos y que incidan en una huelga. Así, después de la sorpresa y contundencia de las movilizaciones proletarias, la huelga fue contemplada y regulada jurídicamente, merced a la gran preocupación de los principales capitales, como un acto criminal contrario al liberalismo y a los derechos fundamentales del hombre, particularmente, por lo que hace a las libertades de comercio, industria y trabajo. Dentro de este desarrollo, es menester precisar que al correr de algunas décadas la huelga cobró prestigio como figura jurídica, entendiéndose como una especie de derecho natural a la abstención del trabajo. Así, dentro del liberalismo económico clásico y a la luz del derecho privado, esta situación fue contemplada como un claro incumplimiento de la obligación de trabajar, agravado con el hecho de su determinación colectiva y solidaria. Mas la proliferación y trascendencia de las movilizaciones sindicales comprendidas dentro de la acción directa, dieron pauta a que la huelga fuera por fin aceptada como un instrumento válido para concertar las condiciones de trabajo e incluso para alcanzar importantes reivindicaciones. Pero por curiosa paradoja, si el 21 de marzo de 1864 con la ley Waldeck Rousseau se derogaron en Francia los delitos de coalición y de huelga, mediante la ley Ollier del 25 de mayo siguiente se tipificó el delito contra la libertad de trabajo, que impedía a la coalición huelguista presionar a los obreros con objeto de que respaldaran la eficacia de la paralización de las labores. Tolerados los derechos colectivos del trabajo, en cuanto expresión de libertad y equivalente al derecho negativo de no laborar, la huelga ya no fue perseguida penalmente, restando sometida de esta suerte, al marco civil y de manera específica al derecho negocial común. Así se le contempló como una figura equivalente a la libertad irrestricta de trabajo, disfrutando de la protección legal contra las amenazas o conductas que pudieran violentarla. Entendida como libertad inherente al ser humano, la huelga llevaría a excluir del ordenamiento jurídico vigente, medidas destinadas a su limitación, admitiéndose que dicha libertad es la cualidad de aquello que no se encuentra sujeto a ninguna especie de consentimiento.
La huelga no resta así, dependiente de ninguna ley, y se justifica por sí misma, como resultante natural de la libertad individual de trabajo. Como pronto se comprobaría en la praxis, evolucionó esta tesis a la concepción de este instrumento como derecho de la personalidad o derecho absoluto e intocable, inherente a la persona humana. En México la huelga ha tenido en su evolución tres etapas fundamentales: Primero fue prohibida considerándose como un delito, Después fue permitida o tolerada bajo el principio de la libertad de trabajo, pero sin ninguna protección para los huelguistas, de manera que si ya no era un delito quedaban los trabajadores expuestos a que rescindieran sus contratos y sin responsabilidad patronal. Finalmente a partir de la Constitución Política Mexicana de 1917 se consagro la Huelga como un derecho no solo permitido, sino legalmente protegido al otorgarles garantías a los trabajadores para una verdadera efectividad en el proceso legal de la Huelga. Después de su tolerancia y como un nuevo instrumento de la democracia sindical, la huelga cobró prestigio y terminó legalizándose en los grandes sistemas occidentales como un derecho de suprema jerarquía formal que daba respuesta a los reclamos de una vida social digna para los obreros, perfectamente congruente con las perspectivas del Estado y la sociedad contemporáneos. La huelga se tornó entonces, en una expresión legítima de la acción solidaria de la lucha del trabajo organizado, configurándose en suma, como un derecho conflictual colectivo de los trabajadores. En esta virtud, con el reconocimiento de los grupos intermedios entre el individuo y el Estado, amén de la importancia cobrada por los grupos humanos económicamente desvalidos, que desembocó en su potestad de desarrollar y hacer acopio de los derechos colectivos en materia de trabajo, lo que constituye una auténtica forma de violencia, es la explotación y las estrategias de los monopolios o el Estado para desalentar y reprimir los derechos de los trabajadores a una vida suficiente y digna. Es criminal el pretender sustituirla por un estilo deteriorado de existencia, en apariencia congruente con la idea de igualdad y justicia, que en realidad sólo atiende a la protección y desarrollo del interés material de algunos grupos, personas o sectores de poder determinados. Atenta a esta realidad, en la sociedad moderna la huelga se tornó entonces en el conflicto colectivo de trabajo que, promovido por los trabajadores coaligados, representa la figura de mayor relieve dentro de la vida sindical. Por lo mismo, a la luz del derecho comparado, esta figura se afianza como la expresión sindical más señalada de la lucha organizada de los trabajadores para realizar su autodefensa y completa reivindicación. Así, la huelga no puede entenderse ni como una expresión tolerada de fuerza, ni tampoco como un derecho absoluto al cual no pueda imponerse ninguna limitación que lo refrene. En este sentido se sostiene que su ejercicio debe acomodarse a determinadas condicionantes, tanto de forma como de fondo, en la medida en que la huelga incida sobre realidades y situaciones que afectan no sólo al destinatario directo e inmediato de la misma, es decir, el empresario, sino a terceros que resultan también afectados por las consecuencias y efectos de aquélla. Sin embargo, es factible sostener, los fines diversificados de la huelga pueden reducirse a dos vertientes: a. b. La defensa de los intereses profesionales de los trabajadores, y c. La promoción permanente y progresiva de sus reivindicaciones. Los fines torales de la huelga, se dividen en dos sentidos: a. Inmediato o de carácter económico, que regularmente se traduce en la lucha por salarios suficientes y condiciones remuneradoras del trabajo, que propicien, en el corto plazo, una vida decorosa. b. La finalidad política, realizable a largo plazo, y que pretende lograr, la transformación estructural de un régimen económico de explotación, por otro más acabado, que trasluzca el bienestar y aspiración legítima de los trabajadores a un Estado de derecho y a la justicia social.
La dimensión y carácter de las reivindicaciones perseguidas corresponde, en forma exclusiva, a los propios sujetos activos en el ámbito de esta figura, los trabajadores coaligados y específicamente huelguistas. Mas en el derecho mexicano, en clara contradicción con la libertad sindical y el espíritu social del derecho del trabajo, se arrebata a los trabajadores el derecho a decidir los fines de sus huelgas, para que el legislador venga a ser quien determine el objeto de las mismas. De lo anterior podríamos determinar los siguientes aspectos.1. Toda huelga implica necesariamente una suspensión de labores.2. Dicha suspensión tiene que ser legal, y esto se logra cumpliendo los requisitos que marca la legislación correspondiente. 3. Un buen ejemplo al respecto es la población de China donde para ellos la huelga es un lujo para los países ricos que de ninguna forma pueden darse los países pobres, independientemente de su legalidad, o no, es cuestión de ideología. 4. La suspensión debe ser temporal, ya que de lo contrario se acabaría con la iniciativa privada. 5. Finalmente, tiene que ser llevada por una coalición de trabajadores en defensa de sus intereses siempre que estos sean comunes, desde luego dicha coalición también deberá ser mayoritaria LA HUELGA EN México ANTECEDENTES En la etapa histórica en que se consuma la Independencia de México, cuando nos convertimos en un país libre, después de una larga dominación Española en la que quedamos en la pobreza, misma que se reflejaba notoriamente en las clases más débiles, situación de la que se aprovechó la burguesía, por lo que a su favor sometía a largas jornadas a los trabajadores mismas que oscilaban entre doce y dieciséis horas diarias, agravándose la situación al pagarles sueldos raquíticos que lejos de permitirles alcanzar una vida digna, ni siquiera les permitían sobrevivir, tampoco había alguna garantía para la clase obrera, por lo que no parecía haber solución alguna al problema. Antes de 1917 no estaba expresamente mencionada en el derecho mexicano la huelga, el Código Penal del Distrito y Territorios Federales de 1871 castigaba con arresto de ocho a tres meses y multa de 25 a 500 pesos a quienes pretendieran modificar los salarios o impidieran el libre ejercicio de la industria o el trabajo. Una disposición muy semejante fue incorporada a los códigos penales de los Estados. La primera huelga había sido declarada en 1865 por la Sociedad Mutualista del Ramo de Hilados y Tejidos del Valle de México, como protesta por la reducción de los salarios, los despidos injustificados, las excesivas jornadas de trabajo, los malos tratos y los descuentos a cargo de la tienda de raya. En general, todas las huelgas que ocurrieron durante el porfiriato, se debieron también a estos motivos y adicionalmente al trato discriminatorio que las empresas extranjeras otorgaban a los mexicanos. A partir de 1870 la población obrera empezó a aumentar como consecuencia del fomento industrial que había en nuestro país durante el Porfiriato. Los patrones no permitían a sus obreros la formación de agrupaciones, se oponían a reconocer el derecho de huelga, así mismo se oponían a otorgar aumentos del salario y reducir la jornada de trabajo. Hacia 1875 se empezaron a escuchar los primeros gritos de protesta de los trabajadores mexicanos, exigiendo mejores condiciones de vida y trabajo. También empezaron a surgir las primeras asociaciones mutualistas de obreros. El régimen porfiriano actuó decididamente en apoyo de los patrones, reprimiendo con la fuerza del ejército los actos de protesta y desesperación de los trabajadores. Algunos de estos casos fueron el ocurrido en Cananea y el de Río Blanco. Esta situación de opresión era sólo en parte producto del gobierno personalista establecido por Díaz, realmente sus
orígenes están en la aplicación de los principios liberales en materia económica vigentes en ese momento, puesto que el liberalismo aconsejaba la no-intervención del estado en asuntos de orden económico y social. Esto se refleja al analizar la Constitución de 1857 en la que se excluía al Estado de tales asuntos, dejando a la libre relación de la oferta y la demanda la fijación de salarios y condiciones de trabajo. Los años en que se produjeron el mayor número de huelgas fueron 1181, 1884, 1889, 1890, 1891, 1895 y de 1905 a 1907; las ramas industriales principalmente afectadas fueron la textil, ferroviaria, la cigarrera, la del pan y la minera; las entidades donde se producían más huelgas eran el Distrito Federal, Veracruz, Puebla, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Oaxaca, Jalisco, Querétaro y Sonora. LA HUELGA DE CANANEA. Hacia fines de 1905 circulaba ya entre las regiones mineras de Sonora el periódico Regeneración, editado por la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, cuyo principal propósito político consistía en derrocar al gobierno de Porfirio Díaz. Siguiendo las indicaciones de Junta, expuestas en el manifiesto del 25 de Septiembre de 1905, el 16 de enero de 1906 un grupo de 15 mineros de Cananea constituyó la sociedad secreta Unión Liberal Humanidad, bajo la presidencia de Manuel M. Diéguez, ayudante de rayador de la mina Oversight de la Cananea Consolidated Copper Co. Cuatro meses después eran 25 los miembros del grupo, todos dispuestos a luchar contra la dictadura. La noche del 31 de mayo de 1906 la compañía informó a los trabajadores de la mina Oversight que la extracción del metal quedaba sujeta a contrato, con lo cual, los mayordomos podrían escoger a su personal despidiendo a buena parte de los obreros y aumentando el trabajo a quienes continuaran en servicio. Esta medida precipitó la violenta reacción de los trabajadores: en la madrugada del 1 de Junio de 1906, los 400 mineros que terminaban en jornada se amotinaron a la salida. La huelga había estallado, Se presentó en el sitio el presidente municipal Filiberto Barros, y ante la imposibilidad de aprehenderlos a todos, solicitó que los obreros nombraran representantes para tratar con la compañía, esta reunión fue citada a las 10 de la mañana en la comisaría de El Ronquillo. No sólo solicitaban mejoras a las condiciones económicas sino un mejor trato y un deseo de posibilidades de ascenso. Los obreros manifestaban su inconformidad respecto de los privilegios que gozaban los extranjeros, pues mientras que éstos disfrutaban de un salario mínimo de 7 pesos diarios, los trabajadores mexicanos recibían sólo 3 pesos por una jornada de 10 y 12 horas. En éstas y otras parecidas razones se establecieron en el pliego de peticiones mediante el cual mandaron notificar al coronel William C. Greene, presidente de la Cananea Consolidated Cooper Co., que el pueblo obrero se había declarado en huelga. A continuación se transcribe el pliego de peticiones propuestas por los huelguistas:Queda el pueblo obrero declarado en huelga. El pueblo obrero se obliga a trabajar bajo las condiciones siguientes: a) El mínimo del sueldo del obrero serán $5 pesos diarios con 8 horas de trabajo. b) En todos los trabajos de la Cananea Consolidated Cooper Co, se ocupará el 75% de mexicanos y el 25% de extranjeros, teniendo los primeros las mismas aptitudes que los segundos. c) Poner hombres al cuidado de las jaulas, que tengan nobles sentimientos para evitar toda clase de irritación. d) Todo mexicano en los trabajos de esta negociación tendrá derecho a ascenso según lo permitan sus aptitudes. Greene habría de contestar ese mismo día, negando la satisfacción de esas peticiones.
La huelga se había extendido a las otras minas, a la planta concentradora y a la fundición; cerca de 1500 trabajadores se aprestaban a celebrar una gran manifestación. La columna se puso en marcha llevando banderas nacionales; a su paso por Buenavista se les unieron 500 personas, otras 200 en la concentradora, y mil más en la fundición. A distancia, a bordo de sus automóviles, Greene y 30 norteamericanos armados seguían los movimientos de la multitud obrera. Al llegar a la maderería en donde la mayor parte de los trabajadores eran norteamericanos, fueron recibidos con una descarga de fusilería que mató a dos huelguistas e hirió a otros más. Ante aquella cobarde agresión los obreros repelieron el feroz ataque con piedras y mataron a los hermanos George y William Metcalf, Conrad Kubler y a otro norteamericano llamado Bert Rusler. La mecha estaba prendida. Los demás norteamericanos se reunieron violentamente y viendo que los huelguistas estaban inermes, los persiguieron por las calles de la población, obligándolos a buscar refugio en la sierra cercana. Sin embargo, los obreros en su precipitada fuga tuvieron tiempo para incendiar cinco depósitos de madera, un depósito de semillas, otro de forrajes y el edificio de la maderería. Enormes lenguas de fuego se levantaban hasta el cielo y pudieron verse perfectamente desde la vecina población de Douglas, Arizona, en donde creyeron que se trataba de una catástrofe de otra índole. El día 2 de junio el cónsul de Estados Unidos en Cananea pidió ayuda a su país, e inmediatamente rangers de Arizona armados persiguieron a los huelguistas. El Gobernador Rafael Izábal, el General Luis E. Torres, Jefe de la Primera Zona Militar de Sonora y Greene difícilmente lograron establecer el orden. Por la tarde, los obreros organizaron una segunda manifestación y se dirigieron al hotel donde se encontraba el gobernador, para manifestarle sus quejas, pero en la avenida que conduce a la Mesa, fueron agredidos por los rangers, generalizándose nuevamente el combate. A las diez de la noche las fuerzas extranjeras fueron reembarcadas en el mismo tren en que habían llegado. El día 3 la población se encontraba bajo la ley marcial; el saldo trágico había sido de 23 muertos y 22 heridos de ambas partes, y fueron aprehendidos mas de 50 individuos a quienes se acusó de ser los agitadores del movimiento y entre los que se encontraban Calderón, Diéguez, Francisco M. Ibarra, entre otros, los que fueron enviados inmediatamente a las mazmorras de San Juan de Ulúa. En los días subsecuentes, el gobernador Izábal fue consignado al gran jurado de la Cámara de Diputados acusado de traición a la patria. El 22 de junio de 1906, llegó a México el Gobernador de Sonora, Izábal, a responder de su actitud sobre la huelga de Cananea. Se creyó que iba a ser procesado y que se haría justicia en tan sonado asunto, pero después de dos meses regreso a Sonora a seguir gobernando. El general Luis E. Torres, jefe de la zona militar, declaró a los huelguistas que no les sería aumentado un solo centavo; y el coronel Greene manifestó que estaba dispuesto a subir los salarios, pero que el presidente Díaz se lo había prohibido. El día 4 se solucionó el movimiento y se reanudaron los trabajos, faltando muchos huelguistas que habían huido temiendo las represalias.En México los sucesos de Cananea eran el platillo del día y se desaprobaba que el Gobierno hubiera permitido la entrada al país de mercenarios norteamericanos para intervenir en un conflicto netamente nacional. El día 6 de junio de 1908 los dirigentes de la huelga fueron condenados a 15 años de prisión y a trabajos forzados. En 1911, recobraron su libertad cuando ya era presidente Francisco I. Madero Los periódicos de oposición editorializaban furiosamente y reprochaban al Gobierno que tolerara la inmigración de norteamericanos, que solo venían a quitar el trabajo a nuestros obreros y a llenarlos de oprobio, y sugerían por primera vez, que hicieran una reglamentación del trabajo en la República Mexicana. También se dijo en aquella ocasión que los sucesos de Cananea constituían el primer chispazo de la Revolución. LA HUELGA TEXTIL Y RIO BLANCO.
A principios de Diciembre de 1906 los empresarios de la industria textil del área Puebla-Tlaxcala implantaron un nuevo reglamento de trabajo que establecía la jornada de 14 horas. Descontentos con esto, para el día 6 se habían suspendido ya sus labores 6800 trabajadores de 34 fábricas. Tres mil de ellos se reunieron en el Teatro Guerrero de la ciudad de Puebla y formularon una contraposición del reglamento. La respuesta de los patrones, que al igual que los obreros actuaban ya en ámbito nacional, consistió en cerrar las fábricas, 93 en total, con el pretexto de estar en balance y tener productos almacenados en exceso. Por esta causa quedaron sin empleo 57 mil hilanderos. A mediados del mes los huelguistas decidieron someterse al arbitraje de Porfirio Díaz, con quien se reunieron al empezar el año de 1907. El 4 de enero se produjo el laudo presidencial. El 7 de enero se abrirían todas las fábricas de Puebla, Veracruz, Jalisco, Querétaro, Tlaxcala y el Distrito Federal. Los términos de esta resolución fueron generalmente aceptados, salvo por una fracción de los obreros de la fábrica Río Blanco, en las inmediaciones de Orizaba. En Junio de 1906, habiéndose reunido un grupo de trabajadores en la vivienda del tejedor Andrés Mota, Manuel Avila propuso constituir el Gran Círculo de Obreros Libres, afiliado en secreto a la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. Sus objetivos consistían en oponerse a los abusos del capitalismo, en luchar contra la dictadura y en ayudar a quienes eran perseguidos o encarcelados. La resolución presidencial que ponía término a la huelga les fue transmitida a 2 mil obreros, reunidos en el Teatro Gorostiza de Orizaba, el 6 de mayo de 1907, por José Morales, presidente del Gran Círculo, quien se mostró conforme con el laudo. Rafael Moreno y Manuel Juárez, en cambio, dirigentes de la sucursal de Santa Rosa, encabezaron a los descontentos. El día 7 los trabajadores volvían a sus labores, mientras los desafectos apedreaban el edificio. A las 9 de la mañana llegaron fuerzas del 13° Batallón, dispararon contra la multitud, mataron a 17 obreros e hirieron a 80. Los huelguistas marcharon entonces a Santa Rosa y Nogales, donde saquearon establecimientos comerciales. En la tarde, regresaron a Río Blanco, se apoderaron de armas en las casas de empeño y llegaron a dominar en combate con los federales algunas estaciones ferroviarias entre Orizaba y Maltrata. Esta ciudad estaba protegida por 800 infantes, 60 rurales y 150 policías, y se habían movilizado contra los obreros los batallones 12, 13, 17 y 24. Al terminar ese día, había 200 detenidos en la fábrica de Río Blanco, a muchos de los cuales se les fusiló ahí mismo. Veinticuatro horas después eran ya 140 los trabajadores muertos. El día 9 hubo un encuentro en Santa Rosa, con saldo de otras cinco víctimas, y más tarde se ordenaron otras 10 ejecuciones. El día 11 se ordenó fusilar a 10 rurales y a su teniente, acusados de complicidad con los saqueadores, y de un total de 7083 operarios, 5512 se presentaron a reanudar su trabajo. Las fábricas de Río Blanco, Nogales, Santa Rosa, El Yute y Cerritos quedaron custodiados por el Ejercito, y centenares de obreros fueron desterrados a Valle Nacional y a Quintana Roo. LA HUELGA DE 1916. La ideología de los sindicatos osciló entre el socialismo y el marxismo más furibundo. Irónicamente, Carranza reprimió varios movimientos de huelga. Hubo después algunos altibajos motivados primordialmente por los vaivenes políticos. Esos mismos tumbos impidieron un desarrollo acelerado de la industria. México siguió siendo un país agrícola y minero. A fines de julio de 1916 los organismos agrupados en la Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal exigieron a los patrones que los salarios les fueran pagados en oro y
no en papel infalsificable, y convinieron, en secreto, declarar huelga general, que iba también dirigida contra el gobierno, al que consideraban aliado de la empresa. El movimiento estalló a las 3 de la mañana del día 31, cuando los electricistas suspendieron los servicios de luz y fuerza a la ciudad. El presidente Venustiano Carranza mandó llamar a palacio a los 11 miembros del comité de huelga, los reprendió severamente y los envió detenidos a la penitenciaria. También se ordenó la ocupación militar del domicilio del Sindicato Mexicano de Electricistas, la casa del Obrero Mundial, la Unión de empleados de Restoranes, y las oficinas de Acción Mundial. El 1° de Agosto decretó el presidente Carranza la ampliación de la Ley del 25 de Enero de 1862, castigando con la pena de muerte a los que incitaran a la suspensión del trabajo en las fábricas o empresas destinadas a prestar servicios públicos, a los que con ese motivo destruyeran o deterioraran efectos de propiedad de esas empresas, provocaran alborotos, hicieran fuerza a las personas o impidieran a otras que ejecutasen sus labores habituales. El 2 de Agosto se levantó la huelga; el 13 se reunió el Consejo de Guerra para juzgar a los dirigentes, declarándose la inculpabilidad de todos ellos por el delito de rebelión y turnándose el asunto a las autoridades del fuero común. Después un segundo consejo volvió a exonerar a los acusados, menos a Ernesto Velasco, a quien se condenó a la pena de muerte. Esto suscitó protestas obreras en todo el país. El 28 de Septiembre, Carranza decretó que el pago de los jornales se hiciera en oro nacional. El 5 de febrero de 1917 se promulgó la nueva constitución, y pese al adelanto notable que significó su promulgación, la cual incluyó él articulo 123 y el establecimiento de garantías para los trabajadores entre las que podemos mencionar: Jornada máxima de trabajo de ocho horas, Edad mínima para trabajar de 16 años con jornada especial y establecimiento de descansos, Pago de salarios además de establecer obligaciones patronales, vacaciones, formación de sindicatos y el derecho a huelga; pero no fue sino hasta 1931 cuando se proclamó la Ley Federal del Trabajo, reglamentaria del artículo citado y en su numeral 259 estableció que la huelga es la suspensión legal y temporal del trabajo, como resultado de una coalición de trabajadores. El 1° de Mayo siguiente, cuando Carranza rendía su protesta como presidente constitucional, 20 mil trabajadores pedían la vida y la libertad de Velasco, y el 18 de Febrero de 1918 se le concedió finalmente el indulto. Al término del gobierno del presidente Carranza, en 1920, se registraron 173 huelgas en toda el país; en 19221, coincidiendo con el principio del general Obregón, 310, que disminuyeron a 136 en 1924, primer año de la administración del presidente Calles; 51 en 1925, 23 en 1926, 16 en 1927 y 7 en 1928. Mientras estuvieron en el poder, sucesivamente, el licenciado Portes Gil, el ingeniero Ortiz Rubio y el General Rodríguez, ocurrieron 14 huelgas en 1929, 15 en 1930, 11 en 1931, 56 en 1932 y 13 en 1933. PERIODO CARDENISTA. El 1° de Febrero de 1936 los obreros de la Vidriera Monterrey paralizaron sus labores reclamando el reconocimiento de su sindicato, pero, en respuesta la Junta Patronal promovió paros en las fábricas y una manifestación de protesta, atribuyó a los comunistas el propósito de subvertir el orden y emplazó al gobierno que definiera su posición política. El día 8 el presidente de México, se trasladó a Monterrey y expuso la necesidad de que los problemas inherentes a las relaciones obrero-patronales se resolvieran por el gobierno en cooperación con los factores que intervienen en el proceso productivo; la conveniencia de crear una central única de trabajadores, para poner fin a las pugnas intergremiales; la negación de toda facultad a las empresas para intervenir en la organización de los obreros; que las agitaciones sociales provienen de necesidad no satisfechas de los proletarios y del incumplimiento de la ley, y no de la existencia de grupos comunistas.
Después de estas declaraciones, la Vidriera Monterrey satisfizo las demandas obreras, y el día 24 se constituyó la Confederación de Trabajadores de México, la CTM, la central sindical más fuerte que haya existido en el país. El 18 de mayo del mismo año, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje declaró inexistente la huelga que debía estallar una hora después contra la empresa Ferrocarriles Nacionales de México. La CTM protestó contra esa resolución y el 18 de Junio de 1936 se llevó a cabo un paro de una hora en todo el país. Esta fue la primera huelga general por solidaridad que registra la historia de México. Al siguiente año, el 13 de junio, el presidente Cárdenas nacionalizó los bienes e intereses privados de la empresa. El 16 de Julio del año siguiente, el Sindicato Mexicano de Electricistas declaró huelga contra The Mexican Light and Power Co. y al cabo de 10 días los trabajadores obtuvieron la satisfacción de sus demandas. Entre el 18 y el 31 de agosto los campesinos que prestaban sus servicios en los ranchos y haciendas de la Laguna suspendieron todas las labores en demanda de aumento de salarios y de un contrato colectivo de trabajo. El gobierno decidió aplicar el Código Agrario y procedió a repartir tierra entre los cultivadores que fueron agrupados en ejidos. En Noviembre debió realizarse la huelga del Sindicato de Trabajadores Petroleros, pues las empresas se negaban a la celebración de un contrato colectivo único, pero a instancias del presidente de la república se aplazó el movimiento por un término de 120 días en busca de una solución conciliatoria que al final no se obtuvo. Así el 28 de mayo de 1937 se colocaron banderas rojinegras en todas las instalaciones petroleras del país, y el 10 de junio las compañías otorgaron un aumento global de 13 millones de pesos anuales y aceptaron la jornada de 40 horas. Aunque insatisfechos los trabajadores, levantaron la huelga, pero pidieron que las autoridades investigaran la situación económica de las empresas. Así, se puso de relieve la salud financiera de las compañías y se dictaminó que debían de aumentarse 26 millones de pesos cada año a las prestaciones obreras. En consecuencia la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje condenó a las empresas a implantar las nuevas condiciones de trabajo; los afectados solicitaron un amparo que les fue negado por la Suprema Corte de Justicia el 1° de Marzo de 1938, y finalmente se declararon en franca rebeldía. En estas circunstancias, el presidente Cárdenas expidió, el 18 de marzo de ese mismo año, el decreto de expropiación de todos los bienes muebles e inmuebles de las 16 compañías petroleras establecidas en el país. En conclusión, en el desarrollo de México, 1938 marca una nueva etapa. Los sindicatos petroleros reclaman salarios más altos. Las compañías petroleras se niegan a darlos. Interviene la Suprema Corte de Justicia. Después de un estudio exhaustivo de las finanzas de esas empresas decreta que si están en posibilidad de conceder los aumentos solicitados y las condena a hacerlo. Las compañías se niegan a acatar el fallo de la Suprema Corte. Entonces el presidente Cárdenas decreta la expropiación. Con este motivo surgen una serie de trastornos. Los capitales norteamericano, ingles y holandés huyen de México y se origina así un cierto receso económico; sin embargo, la iniciación de la Segunda Guerra Mundial favorece al país, pues las potencias mundiales se dedican a fabricar armamentos y otros países deben de encargarse de manufacturar otros artículos. En esta época la industria textil mexicana alcanza un auge inigualado. EL PERIODO AVILACAMACHISTA. El presidente Avila Camacho inició su periodo presidencial en 1940, en el momento en que 4300 trabajadores del pueblo de Nueva Rosita Coahuila, miembros de la Sección 14 del Sindicato Industrial de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SITMMSRM) hacían una huelga contra las compañías Carbonífera de Sabinas y Mexican Zinc.
Exigían 2 millones de pesos de aumento a sus salarios y varias prestaciones. Transcurridos 100 días, el conflicto amenazaba repercutir en los centros metalúrgicos del país, pues la mayor parte del coque, que ya empezaba a escasear procedía de Mexican Zinc. El secretario del trabajo y los ejecutivos del sindicato y la empresa llegaron a una solución el 14 de febrero, a los 126 días de iniciado el movimiento. Acordaron un aumento de 1 millón de pesos cada dos años a los mineros, el pago del 50 % de los salarios caídos y algunas prestaciones. El domingo 12 de enero de 1941 estalló la huelga de la Alianza de Obreros y Empleados contra la Compañía de Tranvías de México. Los trabajadores solicitaban el cumplimiento del nuevo contrato colectivo, y la empresa se remitía al anterior de 1937. El día 17 la Junta declaró existe la huelga y dispuso equilibrar los salarios que pertenecían estacionarios desde hacía 20 años. El movimiento terminó el 20 de enero: los tranviarios consiguieron el nuevo contrato, un aumento de salarios y otras prestaciones. El 21 de agosto de 1941 el Sindicato Nacional de Telefonistas paralizó las sucursales de la Compañía Telefónica y Telegráfica en las ciudades de México, Saltillo, Monterrey, entre otras, demandando mejores condiciones económicas, la reposición del delegado sindical separado por la empresa y el despido de un trabajador de confianza hostil a los obreros. La huelga se declaró existente el 23, durando 9 días la huelga, se pacto además, la reposición del trabajador y se concedió a los telefonistas un aumento del 15% en sus salarios. El 23 de Septiembre de 1941 los trabajadores de la Industria de Materiales de Guerra se concentraron frente a la casa del presidente Avila Camacho para protestar en contra del director de esa empresa del Estado, el General Luis Bobadilla. Mientras se negociaba la entrevista, los obreros se aglomeraron a las puertas de la casa, creándose un desorden; el Ejercito intervino, arrojando un saldo de 20 heridos y nuevo muertos. A principios de 1944, una coalición de sindicatos textiles, pertenecientes a la CTM, la COCM, la CROM y la Federación de la Lana, declararon la huelga, por demandas económicas contra 280 empresas establecidas en varios sitios de la república. Sin embargo, en atención a un llamado que les hizo el presidente Avila Camacho, los obreros volvieron a sus trabajos, aunque manteniendo sus demandas y el emplazamiento. El 12 de enero el Ejecutivo reformó la Ley de Compensaciones de Emergencia del Salario Insuficiente en beneficio de los trabajadores textiles y la coalición se dio por satisfecha, retirando la amenaza de huelga. El 7 de enero de 1944 la mayoría de las secciones del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, paralizó durante 5 horas el transporte ferroviario. Al día siguiente la Secretaría del Trabajo declaró ilegales los paros. En ese año ocurrieron 107 huelgas por demanda de mayores salarios contra empresas mineras y metalúrgicas. El 7 de abril de 1945 se dio a conocer el proyecto del Pacto Obrero-Industrial entre la CTM y la Cámara Nacional de la Industria de Transformación, suscrito el 27 de Septiembre siguiente, según el cual se formuló un programa económico conjunto para solucionar los graves problemas que había creado la guerra y las agudas cuestiones que empezaba a plantear el afianzamiento de la paz. Esto convenio contribuyó a la disminución del numero de huelgas en los años posteriores. El 27 de diciembre de 1945, el gobierno devolvió a la Compañía de Tranvías de México, los bienes que le había incautado para conjurar los efectos de la huelga que estalló el 3 de octubre anterior. En el decreto respectivo se dijo que la política oficial era de respecto a la propiedad privada y que sólo la necesidad de que los servicios públicos se prestasen en forma continua había obligado a esa medida.
Dos días después la Alianza de Tranviarios se declaró en huelga hasta conseguir tres objetivos fundamentales: a. Eliminar a la Compañía de Tranvías de México, b. Formar una empresa de servicio público descentralizada, y c. Obtener para ésta, de parte del gobierno, 10 millones de pesos para mejorar los equipos y extender las vías. El 3 de enero de 1946, por decreto presidencial, se requisaron los bienes de la empresa y se creó el organismo de Servicio de Transporte Eléctrico del Distrito Federal, que municipalizaba el transporte tranviario, que entonces movía el 40% del volumen de pasajeros en la ciudad de México. A partir del 1° de Septiembre de 1946, varias secciones petroleras realizaron paros de una hora diaria para obligar a la empresa a que computara una hora más de trabajo en los salarios. Los paros continuaron hasta el día 5, conjurándose al fin la situación con la firma de un nuevo convenio que establecía la revisión del contrato y el aumento de un peso diario en los salarios. La administración del presidente Manuel Avila Camacho, se caracterizó por un elevado índice de huelgas, tan es así que en 1944 ocurrieron 887, el mayor número en la historia de México. Este fenómeno se explica por la situación de desequilibrio económico y desempleo que sufrían las clases laborales a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. PERIODO ALEMANISTA. De Diciembre de 1946 a Noviembre de 1952 estallaron 647 huelgas, con un promedio de 108 por año. De 1945 a 1950 la Junta Federal de Conciliación declaró inexistentes el 30.5%de los conflictos de esta índole. A los 19 días de haber tomado posesión el Presidente Miguel Alemán, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) realizó un paro de 24 horas en todos los campos, plantas, refinerías de la zona sur. Trataba de presionar la solución de las nivelaciones y reclasificaciones pendientes. Considerando este acto como ilegal, las tropas federales ocuparon las instalaciones y 50 dirigentes del STPRM fueron despedidos y consignados a la Procuraduría General de la República. El 9 de junio de 1948 los obreros de Altos Hornos de México, en Monclova Coahuila, iniciaron una serie de 13 paros de una hora cada uno, a consecuencia de lo cual se rescindieron los contratos de 2600 trabajadores de la empresa miembros del SITMMSRM. El día 26 se firmó una nueva contratación colectiva, habiendo perdido los mineros 47 días de salarios. El 28 de Febrero de 1950 el Sindicato Nacional de Telefonistas declaró la huelga contra la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana, con lo cual buena parte del país quedó incomunicada. Al adquirir Teléfonos de México las propiedades de la Mexicana, el 16 de marzo se firmó un nuevo contrato con los trabajadores, que así obtuvieron un aumento del 10% en sus salarios. El 3 de julio, estalló nuevamente la huelga, pero se solucionó en 24 horas; y el 11 de Noviembre por tercera vez, en todo el país, dando ocasión al gobierno para incautar los bienes de la empresa. Las huelgas y los paros de escasa duración fueron habituales en 1950. El 25 de Septiembre de ese mismo año se inició en Palaú, Nueva Rosita y Cloete, Coahuila una de las más grandes huelgas mineras en la historia de México: 1300 trabajadores abandonaron la mina de la Compañía Carbonífera de Palaú, demandando la revisión del contrato colectivo, aumento de salarios, medico y medicinas para sus familiares y cuatro días de vacaciones al año.
Cuando la sección 28 celebraba pláticas con la Compañía, la Secretaría del Trabajo, ordenó a la Junta de Sabinas suspender el trámite hasta que la negociación se emprendiera por el Comité Ejecutivo del SITMMSRM. Los miembros emplazaron entonces a huelga por coalición ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, y ésta declaró inexistente el movimiento de 48 horas antes de que estallara. El 27 de Septiembre los miembros de la Sección 14 y de la Fracción Uno, correspondientes a Nueva Rosita y Cloete, emplazaron a la Mexican Zinc Co, por violaciones al contrato y en solidaridad con los obreros de Palaú. Aunque la Junta no les reconoció personalidad legal, acordaron iniciar la huelga el 16 de octubre. El ejército se presentó en Nueva Rosita y ocupó los locales del sindicato; 4500 trabajadores abandonaron sus centros de trabajo y realizaron un mitin frente a la empresa norteamericana; y ésta por orden de la Secretaría del Trabajo, congeló los fondos sindicales y clausuró la clínica y la cooperativa de consumo y dos sucursales que eran patrimonio de la Sección 14. Se organizó en la ciudad de México el Comité Nacional de Defensa de Solidaridad con las Huelgas Mineras. También brindaron su apoyo moral y material a la huelga organismos sindicales de Estados Unidos y de Europa. Se celebraron mítines en varias partes del país, el más importante de ellos el 25 de Octubre en la capital; además se formó la Alianza Femenil Socialista. Los principales periódicos se pronunciaron en contra del movimiento, por lo cual los huelguistas decidieron dar a conocer por ellos mismas la situación en que se hallaban, tanto a la opinión pública como al presidente Alemán. A mas de tres meses de iniciado el conflicto, decenas de niños habían muerto por falta de atención médica, los huelguistas estaban endeudados y los comestibles comenzaban a escasear. El 20 de enero de 1951 cerca de 5 mil habitantes de Nueva Rosita emprendieron la marcha hacia la ciudad de México. Y el día 12 de Marzo el presidente Miguel Alemán anunció que el conflicto estaba liquidado, pues la comisión gubernamental había confirmado el dictamen del 2 de Octubre de 1950, negando personalidad jurídica a los huelguistas, y cuatro días después el juez primero de distrito les negó el amparo. La huelga se había perdido. La comisión gubernamental dispuso que las empresas de Nueva Rosita y Cloete repusieran a mil trabajadores en sus derechos de antigüedad y que las vacantes fueran cubiertas de preferencia con quienes habían participado en la caravana. Se ofrecieron tierras y crédito a quienes desearan dedicarse a la agricultura y empleo en obras públicas a los obreros especializados. El 1° de Abril de 1952 se declararon en huelga 6 mil telefonistas, paralizando 500 centrales y 300 mil aparatos. El sindicato de Telefonistas exigía la revisión del contrato colectivo. El gobierno sólo requisó la empresa y los trabajadores no aceptaron el 10% de aumento propuesto por la Secretaría del Trabajo. Una huelga por solidaridad de la clase obrera, logró normalizar el servicio en la capital y en algunos estados. El día 8 la Secretaría del Trabajo informó que calificaría la huelga hasta realizar el recuento de los trabajadores, y el día 10, ante la diferición de ese trámite, los telefonistas decidieron volver al trabajo con sólo 10% de aumento en sus percepciones y sin cobrar los salarios caídos ni los gastos del movimiento. PERIODO RUIZCONTINISTA. Durante el periodo de 1952 a 1958 estallaron 1847 huelgas: 757 en 1953 a 1957, con un promedio anual de 149, y 740 en 1958, y en este último año, no ocurrieron conflictos de trascendencia nacional. En 1954, a consecuencia de la devaluación del peso, el presidente Ruiz Cortinez advirtió la necesidad de un aumento general de los salarios para nivelarlos con el alza del costo de la vida, de instalar tiendas oficiales y de construir casas para los obreros.
Las centrales y sindicatos de trabajadores emplazaron a una huelga general para el 12 de julio, luego pospuesta al 22 en virtud del enorme número de demandas y de la imposibilidad para tramitarlas con rapidez. Sin embargo, alrededor de 50 mil arreglos correspondientes a millón y medio de obreros fueron celebrados entre las partes, con aumentos salariales entre un 6 y un 30%. El 4 de febrero los telegrafistas, que desde Septiembre de 1957 habían solicitado aumento de salarios a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP) sin recibir respuesta, empezaron a reducir su ritmo de trabajo. El gobierno como respuesta, despidió a 27 dirigentes que consideró responsables de los hechos. Siete mil empleados de las 723 oficinas pararon y reclamaron entonces la reinstalación de sus compañeros. En este movimiento no participó el sindicato, que sería una característica de las demás huelgas de ese periodo. El día 10 los paristas presentaron su pliego de peticiones: aparte de la reposición de los removidos, 50% de aumento salarial, desconocimiento de los líderes del sindicato de la SCOP, cese de tres funcionarios hostiles y seguridades de no sufrir represalias. El día 11, los 320 operarios de Radio México, se unieron a la huelga de facto. El día 12, mientras la Secretaría ofreció un aumento global de 21 millones, el cual fue rechazado porque no comprendía a los operadores de las categorías C y D. El día 14, Radio Chapultepec se sumó a la huelga y suspendió el servicio a los bancos y a las compañías de aviación. El día 19 era ya 850 mil el número de mensajes y giros sin despachar. A los 13 días de la huelga, el Licenciado Benito Coquet, secretario del presidente, advirtió a los trabajadores que el Ejecutivo Federal no trataría con ellos bajo presión, que regresaran a sus labores y tuvieran confianza. El 22 de febrero se reanudó el servicio, y el primer mensaje enviado fue al presidente pidiéndole la satisfacción de sus demandas. El 7 de marzo los telegrafistas se separaron del sindicato de la SCOP, y el 12 la Dirección de Telecomunicaciones aceptó las renuncias de los funcionarios impugnados. El 12 de Abril la policía disolvió en el Zócalo un mitin organizado por el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM), que reclamaban desde hacía 20 meses un aumento del 40% de los salarios. El día 15 siguiente se iniciaron los paros de protesta, y el 21 el MRM efectuó una manifestación hasta el Zócalo, exigiendo la satisfacción a sus peticiones. Los alumnos de la Escuela Nacional de Maestros y los empleados del Instituto Federal de Capacitación hicieron paros de solidaridad. El 30, el MRM realizó otra manifestación y sus miembros se apoderaron de los patios de la SEP. El 15 de mayo el presidente Ruiz Cortinez ofreció mejorar las percepciones de los maestros, y éstos, en pláticas con el licenciado Coquet, aceptaron el 1° de Junio un aumento de $150 mensuales, extensivo a todos los profesores al servicio de la Federación. El 5 de junio terminó la huelga u los cientos de maestros que habían ocupado durante 36 días el edificio de la SEP lo desalojaron. El 2 de mayo de 1958, se reunió la Gran Comisión Pro Aumento de Salarios, reconocida legalmente por el secretario general del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM). La comisión dispuso que se solicitara un aumento de $350 mensuales. El 12 de mayo los secretarios de las secciones locales decidieron pedir $200 pesos, y el día 21, a instancias de la empresa, el sindicato aceptó una prorroga de dos semanas para iniciar la discusión de las demandas económicas. Los ferrocarrileros protestaron en la ciudad de México el 24de mayo, y las secciones 13, 25, 26 y 28 lanzaron el Plan del Sureste, exhortando a los trabajadores del riel a rechazar los $200 y la prórroga, exigir los $350, deponer los comités ejecutivos locales y emplazar al comité ejecutivo general a reconocer a los nuevos dirigentes. De otro modo, habría paros de dos, cuatro y seis horas y así progresivamente hasta llegar a suspender totalmente el servicio. El 26 de junio se realizó el primer paro y se organizó el Comité Ejecutivo Pro Aumento de Salarios, formado por Demetrio Vallejo y otros cuatro trabajadores. Ese día 40 secciones
del sindicato ya habían sustituido a sus dirigentes. El 27 se efectúo el segundo paro y otras secciones depusieron a sus comités ejecutivos; y el 28, simultáneamente el tercero, se hizo una manifestación en la capital, en apoyo de las demandas de los ferrocarrileros. La petición de aumento se redujo a $250, con la condición que fuera retroactiva al 1° de enero. La paralización total del sistema ocurrió el 1° de julio. Ese día, el presidente Ruiz Cortinez propuso a los miembros de la Gran Comisión un aumento de $215 pesos y éstos la aceptaron. El día 12 de julio se inició la VI Convención Extraordinaria del STFRM y el día 14 fue electo Vallejo como secretario general. El día 26 los trenistas volvieron a parar para que la Secretaría del Trabajo reconociera al nuevo Comité Ejecutivo. La Secretaría de Gobernación trató sin éxito de resolver el conflicto y el día 31 se realizó un nuevo paro, al tiempo que la Secretaría del Trabajo declaraba ilegales las elecciones de la VI Convención. Vallejo convocó entonces a una nueva serie de paros escalonados, que empezaron el 4 de agosto. El secretario del Trabajo, licenciado Salomón González Blanco, resolvió el 5 de agosto que debían realizarse lecciones directas de los comités ejecutivos, locales y generales, entre el 7 y 22 de agosto. Demetrio Vallejo ganó las elecciones y tomo posesión el día 27 en la Arena México. En su último informe al Congreso de la Unión, el presidente Ruiz Cortinez advirtió que no se permitiría ninguna agitación futura. El vallejismo había estimulado demandas obreras. Los emplazamientos aumentaron considerablemente a partir del mes de Septiembre. La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación informó que el ritmo de la actividad fabril había bajado un 25% en el curso de 1958. La inestabilidad de las relaciones obrero patronales se acentuaba en las empresas del servicio público, donde además de las demandas económicas se debatían conflictos intergremiales. En esos meses, las secciones 34 y 35 de petroleros desconocieron a sus dirigentes y el MRM y el SNTE se disputaban la primacía en la Sección 9 (Distrito Federal). EL PRESIDENTE ADOLFO LÓPEZ MATEOS. Tomó posesión de su cargo el 1° de Diciembre de 1958 en un clima de agitación obrera. Una coalición de telefonistas suspendió sus labores por cuestiones económicas e intergremiales y los ferrocarrileros plantearon una revisión a su contrato colectivo solicitando un aumento del 66.66% sobre los $215 ya obtenidos, atención médica y medicinas para sus familiares, un 10% sobre las prestaciones, como fondo de ahorro, y la construcción de casas que debían serles rentadas a razón de $10 diarios. La empresa declaró que no estaba en posibilidades de satisfacer sus demandas. Se rompieron las pláticas y 74 mil trabajadores de los ferrocarriles Nacionales, se declararon en huelga, por vez primera desde 1936. El movimiento, sin embargo, fue declarado inexistente y días más tarde se negó el amparo al sindicato. El STFRM había emplazado por revisión de contrato colectivo a las empresas Ferrocarriles del Pacífico y a la Compañía Terminal de Veracruz, de suerte que el 25 de marzo se suspendieron también los servicios en estos sistemas. Cuando estalló el conflicto, las demandas sindicales se habían reducido a un aumento de salarios del 16.66% y a la reparación de las violaciones al contrato. Declarada inexistente la huelga, las empresas despidieron a muchos trabajadores y tras el fracaso de algunas pláticas de última hora, el 28 de marzo por la noche fueron aprehendidas no menos de 15 mil personas que se hallaban reunidas en los locales sindicales en varias ciudades de la República. Esta operación militar, es la más importan de esa índole que se haya realizado en la historia del país. Los cuarteles se llenaron de presos. En los momentos de más grave tensión, el secretario de organización del STFRM, Gilberto Rojo Gómez, publicó un manifiesto llamando a los ferrocarrileros al trabajo, anunciando que el gobierno pondría en libertad a los detenidos y desalojaría los edificios de las secciones si se levantaba la huelga. Muchos obreros se presentaron a sus labores, los servicios fueron reanudados y el 3 de abril se dio por concluido el conflicto. Sin embargo,
el propio Rojo Gómez fue encarcelado y los líderes principales continuaron detenidos y se despidió a miles de trabajadores. Los pilotos de las principales compañías de aeronavegación se declararon en huelga el 24 de junio de 1959, demandando el reconocimiento de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) y la firma de un contrato colectivo. Las empresas amenazaron rescindir los contratos individuales de trabajo en caso de que los 400 trabajadores no regresaran a sus labores, pero el gobierno, a efecto de que no se interrumpiera el servicio, incautó los bienes de las compañías hasta que ambas partes llegaran a un arreglo. El 26 de Octubre de 1960 estalló la huelga de la Asociación Sindical de Sobrecargos Aéreos (ASSA) y el 2 de Noviembre la del Sindicato de Trabajadores de Tierra (STT), ambas contra la Compañía Mexicana de Aviación (CMA) por la revisión de los contratos colectivos. Ambas partes llegaron a un acuerdo conciliatorio y volvieron días más tarde a sus labores. Los 45 mil miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros paralizaron 84 ingenios de la República el 16 de Noviembre de 1960, exigiendo un 40% de aumento, casas habitación y otros beneficios. La Unión Nacional de Productores de Caña, que agrupaba a 85 mil campesinos, decidió sumarse al movimiento. Este cesó después de siete día, cuando la UNPASA aceptó elevar los salarios. Los obreros textiles también recurrieron a la huelga del 10 al 23 de Marzo para obtener la revisión de su contrato, vigente desde 1927, en 320 fábricas de la rama del algodón; e igual hicieron los telefonistas el día 23 de marzo, mediante la suspensión de labores que solo duró nueve horas, pues el gobierno requisó los bienes de las compañías. A principios de Abril de 1961, los telegrafistas, al margen de su sindicato, decidieron ajustarse estrictamente a los reglamentos de trabajo, los cuales prescribían un ritmo muy lento, de suerte que pronto se fue formando un rezago de miles de giros y mensajes. El día 25 se les pidió que cada uno firmara un documento expresando el número de telegramas que debían de transmitir, pues en caso contrario serían despedidos. Esto provocó la huelga, pero dos semanas después 88 trabajadores habían sido cesados. Los demás reanudaron sus labores por el temor a un despido masivo, sin conseguir ningún beneficio. Igual le ocurrió a la ASPA cuando paralizó el 60% del trafico aéreo del 1° de Abril al 16 de mayo, ocasión durante la cual la CMA separó del trabajo a 34 pilotos. En Noviembre siguiente, sin embargo, la ASPA logró un aumento del 10% y el STT otro de $8 diarios, ambos mediante el recurso de la huelga. En periodo presidencial de Adolfo López Mateos ocurrieron 2358 huelgas. PERIODO DIAZORDISTA. La incorporación a la lucha de clases de los profesionistas, que se había iniciado en 1959, fue mucho más ostensible durante el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz que abarcó de 1964 a 1970. A fines de noviembre de 1964, los médicos residentes del hospital 20 de Noviembre demandaron el pago de sus aguinaldos y cuando la solicitud fue rechazada, decidieron hacer paros parciales. El subdirector del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), rechazó la presión y ordenó el ceso de 206 paristas. En el curso de 22 días ocurrieron suspensiones ocasionales, hasta que el presidente se entrevistó con los médicos el 10 de Diciembre y les prometió atención a sus demandas. A raíz de aquel despido nació la Asociación Mexicana de Médicos Residentes e Internos (AMMRI), que creó en torno suyo una corriente de solidaridad, naciendo así la Alianza de Médicos Mexicanos (AMM), que logró unificar a casi todos los profesionistas de esa rama en el país y cuyos dirigentes les aseguró Díaz Ordaz, mejoraría la situación de los médicos hasta el limite de las posibilidades del gobierno.
El 13 de Enerno la AMMRI reanudó los paros en todos los hospitales y centros del ISSSTE, del IMSS y de la Secretaría de Salud. El procurador general de la República, advirtió que la suspensión de las labores sin cumplir con los requisitos que establecen las leyes del trabajo y las que regulan las relaciones entre el Estado y sus servidores, originaba la cancelación de los contratos de trabajo y autoriza a la sustitución del trabajador. En marzo siguiente, mientras los establecimientos hospitalarios del gobierno anunciaron estar dispuestos a negociar los contratos colectivos con la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), la AMMRI proclamó su independencia de esa central y se atribuyó en exclusiva la representación de los médicos en materia del trabajo. El 20 de abril las instrucciones presidenciales todavía no se cumplían, así que 4500 miembros de la AMMRI suspendieron sus labores por tiempo indefinido. El 1° de mayo las grandes centrales obreras desfilaron llevando pancartas contra la huelga médica y la AMMRI. El gobierno señaló a los médicos el 17 de mayo para que volvieran al trabajo. Al vencerse ese plazo, se levantaron actas por abandono del empleo en contra de los huelguistas. El Sindicato de Profesores de la Universidad Autónoma de México (SPUNAM) declaró la huelga el 15 de junio de 1968, solicitaban aumento en los salarios de los profesores ordinarios. Las autoridades universitarias reconocieron la justicia de la petición del SPUNAM y concedieron el 15% de aumento en los salarios. La huelga terminó el día 22 de junio. El día 26 de junio de 1968 la Coalición Obrera Textil declaró la huelga contra 450 fábricas, exigiendo la revisión integral del contrato obligatorio de la industria textil del algodón. El Congreso del Trabajo, en nombre de 3 millones de asalariados, expresó su solidaridad con los huelguistas y cuando los patrones ofrecieron un aumento del 1%, el día 11 de julio, se pronunció por la nacionalización de la industria. El bloque patronal se rompió el día 16 de Noviembre, las empresas de Ayotla Textil, Río Homdo, Textiles Morelos, Santa Clara y Textiles Driva ofrecieron un12% de aumento salarial y otros beneficios que fueron aceptados por los obreros. Dos días después la huelga terminó en las otras 455 fábricas, cuyos trabajadores obtuvieron un aumento del 12%, el pago del 1% para fondo de ahorro y algunas prestaciones nuevas. PERIODO DEL PRESIDENTE ECHEVERRIA El 11 de Agosto de 1972 estalló en Cuernavaca, Morelos la huelga de los trabajadores de la confección contra la empresa Grupo Industrial Interamericano. Demandaban la satisfacción de 23 puntos, que en su conjunto propendían a reacomodar a los obreros en virtud de los nuevos índices de productividad. La empresa aceptó todas las peticiones, pero se negó a pagar los salarios caídos. Las pláticas volvieron a romperse y la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje declaró inexistente la huelga el día 21, ante lo cual 3 mil trabajadores de varias fábricas hicieron un mitin en la plaza de Armas de Cuernavaca y el sindicato anunció su resolución de continuar el paro de labores. El día 30 de Agosto el gobierno del estado anunció que la empresa estaba dispuesta a pagar los salarios caídos a condición de que los miembros ejecutivo sindical fueron depuestos y separados de su trabajo, lo cual fue rechazado. El gobernador citó a los huelguistas el día 31 de Agosto, pero se ausentó del Estado y éstos decidieron permanecer en los patios del Palacio de Gobierno hasta que se resolviera el conflicto. El 15 de Septiembre levantaron la huelga, todos los puntos, salvo el de los salarios caídos, fueron resueltos, pero mantuvieron su comité y la asesoría legal del Centro de Formación Social del Estado de Morelos (Cefocem). Ochocientas obreras de la empresa Medalla de Oro, de Monterrey, Nuevo León, suspendieron sus labores el 8 de noviembre, exigiendo el reconocimiento de su sindicato organizado al margen de la CTM, garantías en el trabajo e indemnización en caso de
despido. Para lograr la solución de esos problemas, decidieron efectuar una marcha hacia la ciudad de México, donde esperaban entrevistarse con el presidente. Al llegar a la capital, la columna fue dispersada por la policía y detenidas 25 personas; fueron enviadas de regreso a Monterrey, y el día 15 de Diciembre la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje reconoció al nuevo Sindicato Del 25 de octubre de 1972 al 15 de enero de 1973 los trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México paralizaron las labores en la casa de estudios. El movimiento provocó la renuncia del rector Pablo González Casanova el día 7 de diciembre de 1972. En 1973 se registraron 92 movimientos de huelga, entre ellos los de las industrias hulera y textil, en las que hubo 36 y 14 estallamientos respectivamente. En ese mismo año, la empresa Diesel Nacional estuvo paralizada de las 7 a las 18 horas del 20 de agosto, al radicarse un emplazamiento del Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz, Similares y Conexos, derivado de violaciones a su contrato colectivo de trabajo. En 1974 ocurrieron 406 huelgas, las más importantes en la industria textil, donde hubo 306 suspensiones de labores. En 1976 se presentaron 138 movimientos de esta índole, de modo que el número de ellos en el régimen de Echeverría fue de 873. PERIODO DEL PRESIDENTE LÓPEZ PORTILLO. EN 1977 estallaron 399 huelgas. El día 22 de marzo se declara en huelga Altos Hornos de México, por revisión del contrato colectivo, y se levantó el día 28 de marzo. El 1° de Noviembre, el personal de tierra de Mexicana de Aviación suspendió legalmente sus actividades por unas horas, a causa de una revisión de contrato. En 1978 se registraron 512 estallamientos de huelga, cuatro de ellos de la industria de la radio y la televisión, derivados del incumplimiento del contrato-ley vigente. El 22 de junio, la empresa Sosa Texcoco tabuló en un 2.6% y aumentó en 13% el salario después de 9 días de huelga. Del 5 al 20 de octubre, la sección 19 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Papelera mantuvo una huelga contra la Compañía Kimberly Clark, a cuyo término esta convino en aumentar en 15% los salarios y diversas prestaciones a los trabajadores. En Noviembre, otra vez la CMA sufrió una huelga de tres días. En 1979 estallaron 155 huelgas, del 7 de Febrero al 5 de marzo, en Diesel Nacional, por revisión salarial; en 12 de marzo, durante 21 horas, en Teléfonos de México; del 1° al 25 de Noviembre, en la CMA, por revisión del contrato. En 1980, hubo 93 movimientos huelguísticos, del 6 al 25 de febrero, en la Industria Embotelladora de México, por incumplimiento del contrato de trabajo; del 8 de febrero al 24 de mayo, en la planta de montaje de General Motors por revisión salaria, con el 23% de aumento; el 25 de Abril, Teléfonos de México concedió el 20% de incremento salarial. Entre los 108 movimientos de huelga ocurridos en 1981, destacaron el del 1° al 14 de Abril, el del personal administrativo sindicalizado de la Universidad Autónoma de Chapingo, el cual logró obtener el 29% de aumento salarial; del 19 al 14 de Julio el de Celanese, a cuyo término se obtuvo el 30% de aumento salarial, más prestaciones. En 1982 estallaron 222 huelgas, de las cuales las más importantes fueron, la del 24 de enero al 4 de febrero, la de Cobre de México, que se levantó al aceptar la empresa un incremento salaria del 36.5% más prestaciones; las del 1 al 6 de febrero, en 197 empresas del ramo textil de seda y fibras artificiales por revisión del contrato-ley; la del 14 al 22 de febrero, en Indetel, en donde se consiguió un aumento de 33% al salario; y la del 22 de octubre al 5 de noviembre, en Teléfonos del Noreste, por revisión del contrato. El número de huelgas registradas durante el sexenio de López Portillo fue de 1489. PERIODO DEL PRESIDENTE DE LA MADRID.
De enero a diciembre de 1983 ocurrieron 230 huelgas, 56 por revisión de salario, 54 por revisiones generales de contrato, 65 por violaciones a los contratos colectivos de trabajo, 24 por firmas de contrato y 31 por otras causas. La huelga que se inicio el 24 de mayo en Refrescos Pascual significó la muerte de un trabajador a manos de empleados de la empresa; al final los obreros se adjudicaron los activos y posteriormente la Secretaria del Trabajo autorizó la constitución de aquéllos en una sociedad cooperativa. El 5 de Noviembre, la Asociación Sindical de Sobrecargos declaró una huelga en contra de la CMA; sin embargo, los servicios no se interrumpieron porque el gobierno federal requisó la empresa. En 1984 estallaron 221 huelgas, 24 por aumento de salarios, 60 por revisiones contractuales, 5 por revisiones de contrato-ley, 58 por violaciones a los contratos colectivos, 51 por firma de contrato y 23 por aumento de emergencia. El conflicto de Teléfonos de México, del 7 de Septiembre al 29 de octubre, no tuvo efectos entre el público por haberse aplicado la requisa a la empresa. En 1985 hubo 125 declaraciones de huelga, 25 por revisión salarial, 27 por revisión integral, 50 por violaciones, 16 por firma de contrato y 7 por otros motivos. Del 5 de agosto al 6 de Septiembre suspendieron sus labores 7337 obreros de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, quienes al fin obtuvieron un incremento en sus salarios del 33%. En 1986 ocurrieron 312 estallamientos, 82 por revisión salarial, 56 por revisión de contrato, 61 por violaciones, 39 por firma de contrato y 74 por otras causas. Los trabajadores sindicalizados de Diesel Nacional paralizaron la empresa el 7 de febrero de 1978; pero el siguiente día 13 la empresa otorgó a los trabajadores un incremento salarial del 38%. PERIODO DEL PRESIDENTE CARLOS SALINAS DE GORTARI. Entre las acciones más significativas en el ámbito laboral durante 1989 se encuentran las siguientes: 10 de enero son detenidos los principales dirigentes petroleros acusados de almacenamiento de armas prohibidas, corrupción y resistencia de autoridad, entre otros cargos. El gobierno de Carlos Salinas de Gortari mostró con esta acción su interés por remover a los viejos caciques sindicales que no estaban de acuerdo con su gobierno. En febrero los trabajadores de la empresa DINA se van a la huelga frente al inminente cierre de la empresa. En abril, los maestros de la Sección IX se movilizaron exigiendo aumento salarial y democratización del sindicato. Los maestros de la Sección IX del Distrito Federal logran elegir democráticamente a su secretario general; el dirigente del SNTE, Carlos Jongitud, renuncia a su puesto vitalicio. En mayo el sindicato de trabajadores de la ruta 100 se van a paro laboral, lo que provoca que el ejército se haga cargo del transporte mientras duran las movilizaciones. El 20 de agosto frente a la inconformidad de los trabajadores de la mina de Cananea, el ejército toma las instalaciones con el pretexto de cuidarlas, lo que provoca que los mineros se declaran en huelga el 31 de mayo; sin embargo, después de 46 días, los trabajadores se ven obligados a levantar el paro sin lograr la reinstalación de los 117 trabajadores despedidos, ni se ven solucionadas sus demandas. En Octubre-Noviembre, trabajadores de diversos centros del IMSS realizan una serie de paros exigiendo aumento salarial. El movimiento huelguístico más importante de 1990 fue el protagonizado por los trabajadores de la Ford en su planta de Cuautitlán, del 8 de enero al 10 de julio; el
conflicto se originó porque los trabajadores exigian su salidad del sindicato cetemista dirigido por Wallace de la Mancha. Durante el conflicto, fue asesinado el obrero Cleto Nigno Urbina, lo que provocó el paro de la fábrica durante 40 días en un movimiento que aglutinó a 4 mil obreros. Al final, los obreros son obligados a firmar a favor del sindicato de la Ford (CTM). En marzo, se fueron a la huelga 5200 obreros de Cervecería Modelo, la policía intervino y tomó la planta. El sindicato decidió autodiluirse y cedió la representación a la CTM para permitir que reingresaran los trabajadores a la empresa. En el segundo semestre de 1990 se fueron a la huelga los trabajadores de Tornel, TAMSA de Veracruz, y la CTM organizó 40 huelgas en Sonora, que la Secretaría del Trabajo declaró inexistentes. A principio de 1991 el movimiento en las aseguradoras bancarias fue declarado inexistente. Durante el segundo semestre, el magisterio federal de Michoacán se movilizó para exigir la realización del congreso en donde se eligirían los dirigentes de la sección sindical de ese estado. En febrero de 1992, se desarrolló una huelga textil en la rama de las fibras sintéticas y en julio se realizaron diversas huelgas textiles de la rama del algodón, en las que participaron 22 mil obreros, por aumento salarial y respeto al contrato-ley. Las más importantes son las que se desarrollaron en la ciudad de Río Blanco y Orizaba, en Veracruz. En Julio-Agosto, los trabajadores de la Volkswagen decidieron declarase en huelga durante 30 días contra el convenio de productividad firmando por el comité ejecutivo con la empresa. En febero-marzo de 1993 el sindicato de la Ford de Hermosillo declara la huelga para demandar aumento salarial. LA HUELGA EN OTROS LUGARES DEL MUNDO.No es para nadie desconocido que los Japoneses van a la vanguardia mundial en productividad, un ejemplo de la razón fundamental de este argumento, tal vez la encontremos en el tema que hoy tratamos "La huelga". Específicamente en Tokio dentro de una fabrica, los obreros usan bandas rojas unidas a su ropa con el propósito de manifestar que estaban disgustados y que deseaban negociar sus quejas, además de ello, llegan quince minutos mas temprano, trabajan con mas intensidad y esmero, mostrando ansiedad de llegar a un acuerdo. En otro ejemplo; en los Estados Unidos de América no existe hasta ahora ninguna disposición legal sobre el arbitraje obligatorio en los conflictos de huelga como en México, ya que por lo general sus conflictos de huelga se solucionan de común acuerdo entre las partes, sin la intervención del Gobierno, sin embargo existe una disposición que da plenas facultades al Presidente de los Estados Unidos de América para que si llegara a estallar un movimiento en una Empresa o Industria y esto dañare los intereses de la economía nacional, el Presidente estará facultado para que en un plazo no mayor de ochenta días levante el movimiento de huelga y ordene que se siga trabajando, sino se arreglaran una vez más, el presidente ya no podrá intervenir, ya que esto afectaría el derecho de libertad.Solamente una ocasión se ha intervenido de esta forma, cuando la industria de acero se fue a la huelga, en el periodo del Presidente Truman, sin embargo esta intervención no fue bien vista políticamente, ya que los sindicatos agrupan un buen numero de electores y resulta obvio el por que se abstienen de llevarla a cabo. Últimamente han puesto en practica la firma de un contrato que rige la relación colectiva en las empresas renunciando los trabajadores expresamente a su derecho de ir a la huelga por el tiempo de vigencia del contrato, a cambio de ello reciben prestaciones más altas y mejores salarios. La empresa a su vez es beneficiada ya que planea su producción a largo plazo sin temor a huelgas. Así mismo existe una asociación de Arbitraje independiente del Gobierno que cuando se suscitan problemas acuden ante ella para solucionarlos, sino se llega a un acuerdo se
acude a la autoridad Judicial, para resolver por la vía legal. De lo anterior resulta evidente que lo importante en Estados Unidos es la voluntad de las partes en conflicto. Podemos concluir que en este país una huelga puede prolongarse indefinidamente sin que el Estado pueda hacer nada, pero, no olvidemos que su derecho a huelga es renunciable lo que permite planear la producción de forma segura y tranquila. En el Código de Trabajo de Guatemala se entiende por HUELGA la suspensión y abandono temporal de trabajo en una empresa, acordada, ejecutada y mantenida pacíficamente por un grupo de tres o más trabajadores previo cumplimiento de requisitos con el exclusivo propósito de mejorar o defender frente a su patrón sus intereses económicos propios y comunes del grupo trabajador. En Colombia se entiende por HUELGA la suspensión colectiva temporal y pacifica del trabajo, efectuada por los trabajadores de un establecimiento con fines económicos y profesionales. En Panamá el acuerdo de suspensión o abandono debe ser tomado cuando menos por un 60% de los trabajadores en lo demás es idéntico a Guatemala.En Ecuador la huelga es la suspensión colectiva del trabajo por trabajadores coaligados.Los Códigos de Chile. , Venezuela, Y Brasil, se abstienen de dar definiciones de HUELGA limitándose a reglamentarla.

ARTICULO 123 CONSTITUCIONAL. La revolución mexicana se legitimó jurídicamente en el Congreso Constituyente que se reunió en la ciudad de Querétaro el primero de Diciembre de 1916; dicha asamblea expidió la constitución que nos rige y en ella se incluyeron los ideales inspiradores del movimiento armado. El artículo 123 Constitucional tiene su origen en el dictamen relacionado con el proyecto del artículo 5° presentado por Venustiano Carranza, leído en sesión del 26 de Diciembre de 1916. Con el fin de que el pronunciamiento sobre la humanización del trabajo fuera íntegro, se formó la comisión que redactaría el capítulo respectivo. El 23 de enero de 1917 el dictamen se presentó como artículo 123 y bajo el capítulo "Del Trabajo y de la Previsión Social"; en esa misma fecha fue aprobado por unanimidad de 163 votos, convirtiéndose así en la decisión política fundamental de mayor trascendencia que se haya adoptado en el siglo pasado. El artículo 123 no nace por generación espontánea, es el producto de toda una tradición jurídica, cultural, social, pero principalmente surge de las carencias económicas de una clase: la de los asalariados del campo y la ciudad. El artículo 123 está fundado en los principios revolucionarios del marxismo, en el principio de la lucha de clases y otra teorías cuya práctica conduce a la transformación económica de la sociedad mexicana burguesa o capitalista. Así en dicho artículo se reconoce la teoría de la lucha de clases, y en las reformas de 1962, que establecieron la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, la orientación cambió sustancialmente pues busca el equilibrio de los intereses en conflicto. El artículo 123 por lo que se refiere a las huelgas en su fracción XVII establece que: "Las leyes reconocerán como un derecho de los obreros... las huelgas...". Este numeral ha sido reformado en 19 ocasiones, doce de la cuales han sido al apartado "A". Por Decreto del 30 de Diciembre de 1938, publicado en el Diario Oficial de la Federación al siguiente día, se reformó la fracción XVII en materia de huelgas. Por su parte, la Ley Federal del Trabajo, es reglamentaria del artículo 123 Constitucional, apartado "A". Su texto original sufrió reformas por decreto del 29 de marzo de 1941, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10 de Abril de 1941, por medio del cual se reformaron los artículos 259, 262, 265, 267, 269, y adiciona el 269 bis en materia de huelgas.
Por decreto del 31 de Diciembre de 1956, publicado en el Diario Oficial de la Federación el mismo día, se reformaron los artículos 233 fracc. V, 238 y 264 fracc. II, por lo que se refiere a sindicatos, coalición y huelgas. La Nueva Ley Federal del Trabajo, se estableció por decreto del 23 de Diciembre de 1969, que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 1° de Abril de 1970. Por lo que se refiere a las reformas procesales de 1980, por decreto del 4 de Enero de 1980, publicado en el Diario Oficial de la Federación el mismo día, se derogaron los artículos 452, 453, 454, 455, 456, 457, 458, 460, 461, 462, 463, 464, 465, 467, 468, 470 y 471 en materia de huelgas, correspondiendo a los artículos 920 al 936 actuales. CONCLUSIONES. En el presente trabajo hemos visto la evolución del derecho de huelga, desde que dicha figura era consideraba delictiva, por que el gobierno protegía a los patrones y sus empresas, y las personas que intentaban llevarla a cabo, perdían desde su libertad e incluso hasta la vida, llegando hasta la época actual donde la huelga es una institución reconocida jurídicamente, establecida a favor de los trabajadores, quienes para poder llevarla a cabo deben cumplir con los requisitos que la propia Constitución de los Estados Unidos Mexicanos establece, así como también las formalidades que estipula la Ley Federal del Trabajo. Así, podemos concluir que la huelga es una institución a favor de la clase obrera, para poder lograr un equilibrio entre el capital y el trabajo, y para ejercitar dicho derecho, los obreros deben unirse ya sea en una coalición o en un sindicato, toda vez que así lo establece la ley de la materia. Anteriormente la huelga implicaba el incumplimiento de cada contrato individual de trabajo, por lo que el patrón los podía dar por concluidos, además de que la mayoría huelguista no podía, legalmente, impedir el trabajo de la minoría no huelguista o la continuación de las labores de la empresa. Así, con el reconocimiento efectuado por la constitución, las minorías no huelguistas tienen prohibido reanudar las labores y ejecutar acto alguno que vaya contra el derecho de la mayoría. Por su parte, el patrón debe abstenerse de realizar actos que atenten contra el ejercicio del derecho de huelga. Este derecho debe continuar en México como un derecho irrenunciable a efecto de proteger a la clase social más débil. Y por otra parte, la Huelga, como derecho de la clase trabajadora, no debe pretender controlar por sí sola el poder de los empresarios capitalistas en nuestro país. La huelga es un derecho, y como tal este deberá ejercitarse con justicia para ambos sectores económicos y no convertirlo en un instrumento de terrorismo empresarial, por eso es necesario que tanto los patrones, los trabajadores y las autoridades mismas, respeten los lineamientos establecidos, tanto en nuestra Carta Magna, como en la Ley Reglamentaria del Artículo 123 Constitucional.

equipo 1 LEY CHAPELIER, EDICTO DE TURGOT

ISAAC RENÉ GUY LEY CHAPELIER

Isaac René Guy Le Chapelier, también conocido como Jean Le Chapelier (12 de junio, 1754 – 22 de abril, 1794) era a Francés jurist y político del Período revolucionario.
Biografía
Él nació en Rennes en Bretaña, donde estaba su padre más bâtonnier de la corporación de abogados, un título equivalente al presidente del Barra. Él incorporó la profesión de la ley, y era conocido orador.
En 1789 lo eligieron como diputado a General de estados por Tercer estado de sénéchaussée de Rennes. Él adoptó opiniones radicales, y era uno de los fundadores del Club de Jacobin (o Club bretón), y su influencia en Asamblea constitutiva nacional era considerable. En 3 de agosto, 1789, lo eligieron su presidente para un a corto plazo de 2 semanas.
Ante el establecimiento del monarquía constitucional en Francia en septiembre de 1791 (vea: Constitución francesa de 1791), Le Chapelier introdujo un movimiento en Asamblea nacional cuál prohibió gremios, sindicatos, y compagnonnage (así como la derecha a la huelga). El Le Chapelier y el otro Jacobins interpretaron demandas cerca París trabajadores para salarios más altos como contrarios a los nuevos principios de la revolución. La medida era ley decretada encendido 14 de junio, 1791 (conocido posteriormente como Le Chapelier Law) y gremios con eficacia barrados y sindicatos en Francia hasta 1864.
Durante Reinado del terror, como sospechoso para tener acoplamientos con Feuillants, él temporalmente emigrado a Gran Bretaña, pero vuelto a Francia adentro 1794, en un esfuerzo desesperado de prevenir la incautación de sus activos. Lo arrestaron, y guillotined en París encendido el mismo día como Guillaume-Chrétien de Lamoignon de Malesherbes.
Referencias
• Lucien Jaume, “Le citoyen intermédiaires del cuerpo de los les de los sans: discours de Le Chapelier ", adentro Cahiers du Cevipof, Nr. 39, el abril de 2005, pp. 30–40


LEY LE CHAPELIER Y LA LEY WALDECK-ROUSSEAU
El nacimiento y desarrollo del derecho a la libre sindicación está íntimamente vinculado con las luchas por el derecho de asociación. Temporalmente éste lo podemos ubica a comienzos del siglo XIX, en el contexto de consolidación del capitalismo liberal en Europa. Imperaba entonces una concepción individualista de la sociedad, que hacía que toda forma de reunión sea considerada como una amenaza al orden existente. Por este motivo se reprimió la asociación mediante la utilización de la legislación penal y su tipificación como delito. Los pretextos que se esgrimían eran los siguientes:
La pertenencia a una o varias asociaciones era un obstáculo al juego libre de la voluntad individual.
Se afirmaba que las corporaciones y asociaciones de trabajadores eran una barrera al desenvolvimiento natural de las fuerzas económicas
En el fondo, en realidad lo que existía era el temor de los gobiernos burgueses a la influencia creciente de las uniones de los trabajadores.
La Ley Le Chapelier de 1791, complementada luego con los artículos 410 a 414 del Código Penal Francés, es un ejemplo claro de esta actitud de represión.
Los antecedentes de los actuales sindicatos los podemos encontrar en los siglos XII y XIII en el régimen corporativo, en el que se formaron las fraternidades o hermandades cuyo propósito esencial era de naturaleza mutual. En el siglo XVI se rompió la unidad entre los maestros y los compañeros. Así, las fraternidades cambiaron su denominación por la de "asociaciones de compañeros". Durante la vigencia de la Ley Le Chapelier y de las leyes prohibitivas de Inglaterra, las asociaciones inglesas, primeras de la historia contemporánea se llamaron trade unions, equivalente a asociación de oficios o profesiones. De ahí nació en Francia la fórmula asociación profesional. En 1866 una asociación de zapateros tomó el nombre de sindicato y dió a su comité administrativo la designación de cámara sindical. De las investigaciones en los archivos se desprende que este debe haber sido el primer organismo obrero denominado de tal modo. Finalmente, la ley francesa de 1884 empleó la palabra sindicato, pero añadió el calificativo de profesional.
Como se ha especificado el desarrollo del derecho a la libre afiliación sindical se encuentra conectado estrechamente con el desarrollo del derecho a la asociación. Ahora bien, es necesario hacer una distinción entre ciertos conceptos como el de reunión y asociación por una parte y el de coalición y asociación sindical por la otra. Los derechos de reunión y asociación pertenecen a todos los seres humanos. Sin embargo, los de coalición y asociación sindical son derechos específicos de los trabajadores (Esta es una especificación importante saber y determinar, para no confundir los conceptos anteriormente expuestos)
Desde fines del siglo pasado hasta la segunda mitad de este siglo hemos asistido a un progresivo fortalecimiento del movimiento obrero, expresado en la potenciación de sus pilares fundamentales: los derechos de asociación sindical y huelga. Esto trajo como consecuencia una mayor participación de los trabajadores en la política global de los Estados. Esto trajo como consecuencia una mayor participación de los trabajadores en la política global de los Estados. En determinado paises se ha dado un proceso que generó la instalación dentro de los sindicatos de ciertas cúpulas dirigentes, asociadas estrechamente con los grupos de poder. En este sentido, la libertad de afiliación sindical pierde sentido, al no expresarse en una verdadera participación democrática del conjunto de trabajadores en la toma de decisiones de su propia organización. Actualmente, estas mismas cúpulas sindicales han apoyado a los regímenes neoconservadores y su política de "flexibilización laboral". Esta política tiene como propósito minar la libertad de asociación sindical y el derecho de huelga; ya no como lo hacía la Ley Le Chapelier sino de una manera sutil. Estos procesos han abierto caminos hacia la atomización de las asociaciones obreras, a crear en el trabajador una situación de inseguridad en el empleo, al incremento de la competencia por un puesto de trabajo, a la pérdida de la identidad y los lazos de solidaridad. Así se procura evitar la estabilidad laboral del trabajador, a través de la celebración de contratos de naturaleza precaria o extraordinaria, por ejemplo, los contratos temporales, ocasionales, de tiempo parcial, de maquila y otros
El derecho de asociación tarda en reconocerse en la historia de los derechos fundamentales por la oposición liberal en el siglo XVIII, que llega incluso en Francia a prohibir expresamente las asociaciones a través de la ley Le Chapelier, de 17 de Junio de 1791, cuyo artículo 1º prohibía la creación de asociaciones fuera cual fuera su razón de creación y la forma en que se hiciera. La razón de la prohibición es muy clara: se trataba de acabar con la tendencia estamental y corporativa del antiguo Régimen, que iba en contra de la clase burguesa, nueva dueña del Estado.
Para adecuar la huelga a la concepción liberal contractualista se razonó de la siguiente manera: si el trabajador era libre para contratar su trabajo con el empresario, y además era también libre para asociarse a los otros trabajadores, no se le podía negar el derecho a rebelarse contra condiciones de trabajo consideradas insatisfactorias e injustas, así como podía individualmente renunciar al empleo, el trabajador podía también, al estar asociado a otros transformar su protesta individual en movimiento colectivo. Como resultado de esta concepción se puede considerar al derecho de huelga como una manifestación de la libertad de expresión y no como lo que es: un instrumento de lucha y reivindicación de la clase obrera, como realmente lo que es.
La libertad sindical, como concebida actualmente, incluye várias acepciones. Por un lado, significa la libertad de organizar sindicatos para la defensa de los intereses colectivos. Por otro lado, significa el respeto por parte del Estado de la autonomía de los grupos sociales. En este caso, libertad sindical es el libre ejercício de los derechos sindicales.
Para alcanzar el nivel de consagración en los principales organismos y tratados internacionales mientras tanto, la libertad sindical obedeció fielmente el rito de los derechos históricos, siendo constituída en el proceso de luchar en defensa de nuevas libertades contra viejos poderes, y nacido de modo gradual, no de una sola vez y ni de una vez por todas.
Las manifestaciones emblemáticas de los períodos históricos anteriormente mencionados son, en Francia: la Ley Le Chapelier, de 1791, que prohibió los agrupamientos y coaliciones, y la Ley Waldeck-Rousseau, de 1884, que reconoció las asociaciones profesionales.
Lo realmente significativo es que: La libertad sindical solamente apareció cuando terminó la fase de la prohibición de la alianza y de la asociación. No obstante, la libertad sindical dejó de ser entendida apenas como un derecho reconocido de asociación, para significar también, una limitación al poder del Estado de desnaturalizar o de desvirtuar el derecho de libre asociación de las personas, como también, la libre organización interna y de acción de los sindicatos. De esta manera,se vincula la libertad sindical con la democracia.
A estas alturas del comentario, podemos decir que prevalece, pues, tras un cierto titubeo, la posición de que las asociaciones eran cuerpos intermedios que se interponían entre el individuo y la sociedad en su conjunto, y no debían tolerarse porque su existencia mediatizaba al individuo, estableciendo unos compromisos del individuo que irían en desmedro de su omnímoda libertad personal, la cual sólo habría de encontrar enfrente la soberanía del pueblo como un todo. Y es que, en efecto, si hay asociaciones, entonces los individuos que las forman se han comprometido a algo, y han restringido así su margen de libertad. Naturalmente, tal argumento hubiera podido aplicarse exactamente igual a cualquier contrato, no siendo la asociación sino un contrato particular, uno en virtud del cual un número de individuos se comprometen a obrar en común para cierto fin, lícito o ilícito.


CONCLUSIÓN:

Lo que es increíble es que si se hace una Revolución como se hizo con 3 principios básicos en la misma como son: LIBERTE, EGALITE Y FRATERNITÉ, que traducidos con Libertad, Igualdad, Fraternidad, que fue el verdadero emblema de la Revolución, se reconoce la igualdad, como derecho inalienable, y la soberanía nacional, pero lo gracioso viene ahora cuando en la realidad nos encontramos con que esta igualdad es única y exclusivamente civil, queda admitido las libertades de prensa y opinión pero ni se menciona el de asociación. Encontramos la Ley Le Chapelier, que se trata de un texto de carácter universal que todavía hoy sigue vigente.
Las dos leyes podiamos decir, que son contrapuestas, es decir, una prohibe por ejemplo la asociación y el otro autoriza la misma pero con muchos límites sólo reconoce las profesionales.


La ley "Le Chapelier" (IDIOLOGIA)
En el artículo anterior citamos la Ley Le Chapelier en relación con el derecho de asociación. Vamos a acercarnos en este nuevo post a esta cuestión por su importancia histórica.
Le Chapelier fue un abogado que participó en la Asamblea Nacional en la famosa sesión del 4 de agosto de 1789 en la que se abolió el feudalismo. Participó en la fundación del club de los Jacobinos. Pero su principal aportación en la Historia fue la autoría de la Ley Le Chapelier por la que se establece la libertad de empresa en Francia, aboliendo los gremios existentes. Se trata del triunfo del liberalismo económico y del individualismo, y no sólo por dicha abolición de uno de los pilares del sistema productivo del Antiguo Régimen, sino, porque, también prohibía que los empresarios, comerciantes, obreros o artesanos pudieran asociarse y establecer normas comunes. Este aspecto será importante porque se aplicará contra los intentos de asociación de los trabajadores a partir de entonces. Esta cuestión será recogida, además, en el Código Penal francés. Las relaciones económicas debían establecerse de forma individual, entre el patrón y el obrero.
La ley no fue derogada hasta el año 1864.
Publicado por Eduardo Montagut Contreras


LEY LE CHAPELIER
La Ley Le Chapelier (del nombre del abogado bretón Isaac le Chapelier, que había presidido la sesión del 4 de agosto de 1789 en la Asamblea Nacional en la que se decretó la abolición del feudalismo, y había participado en la creación del Club de los Amigos de la Constitución, llamado de los Jacobinos), promulgada en Francia el 14 de junio de 1791, en plena Revolución francesa, instaura la libertad de empresa y proscribe las asociaciones y corporaciones gremiales de todo tipo. Es reconocida por su efecto de prohibir la libertad de asociación. Esta ley sigue muy de cerca el decreto de Allarde de 2 y 17 de marzo del mismo año, tanto en sus objetivos como por su proximidad histórica. El decreto de Allarde abolía los gremios y contribuía, también, a establecer la libertad de ejercer una actividad profesional afirmando el principio de que "Toda persona será libre de ejercer cualquier negocio, profesión, arte u oficio que estime conveniente".
Esta ley fue aprobada en el contexto de la desaparición del Antiguo Régimen y de las corporaciones que lo constituían, tanto los órdenes privilegiados como los gremios, y que impedían el libre ejercicio profesional, y expresa el compromiso con una forma primitiva y contradictoria de liberalismo económico.
Art 1. El desmantelamiento de toda clase de corporaciones de ciudadanos del mismo oficio y profesión es una de las bases fundamentales de la Constitución Francesa, y se prohíbe totalmente volver a crearlas bajo cualquier forma.
Art 2. Los ciudadanos del mismo oficio o profesión, empresarios, comerciantes, artesanos, obreros y artesanos de cualquier ramo, no pueden, cuando están juntos, nombrar presidente, secretario o síndico, llevar registros, promulgar estatutos u ordenanzas ni tomar decisiones, ni imponer normas en su interés común.
La Ley Le Chapelier fue derogada el 25 de mayo de 1864 por la Ley Ollivier que abolía el delito de asociación



Ley De Chapelier
LEY DE LE CHAPELIER

Fue una ley francesa aprobada en el inicio de la revolución francesa fue escrita por Rene Guy Le Chapelier, prohibiendo los sindicatos y las manifestaciones de los trabajadores alegando la defensa de la ¨libre empresa¨ está solo reconoce al individuo y a la empresa. En las grandes ciudades la huelgas iban aumentado con el día a día comenzando a afectar de manera grave a parís. Esta ley provoco que la demasiada furia entonces se comienza a exigir el fin de la asamblea nacional y la disposición del rey que decían que permitía todo. El problema estaba en la intensa agitación obrera en parís ,trabada a través de las masacres y fusilamientos en 17 de julio en el campo de muerte. Así la ley fue derrogada el 25 de mayo de 1864 por la ley ollivier que abolía el delito de la asociación LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y EL CIUDADANO El movimiento revolucionario francés, de índole político y social culmino con el derrumbe de la monarquía francesa propagando cambios hacia todo el continente europeo y dando paso a la era contemporánea. El monarca francés se limitó a exigir ganancias económicas sin precisar ningún cambio en la constitución Hubo una maniobra estratégica para disolver la asamblea esta consistía en citar a parís y Versalles con tropas del monarca así la respuesta del pueblo culmino el 14 de julio con la toma de bastilla (prisión estatal)Se constituyó un municipio revolucionario y una guardia nacional ,encabezada por la fayette adoptando la bandera tricolor lo que obligó al rey a retirar sus tropas de las ciudades citadas con lo que comienza la emigración política de los déspotas. Las acciones del monarca provocaron el descontento del pueblo y a consecuencia comenzó una ola de delincuencia como eran los asaltos o incendiar los castillos feudales. Solo así la asamblea nacional otorga el voto aprobatorio para la ¨declaración de los derechos del hombre y el ciudadano¨ el 26 de agosto de 1789 que consta de un preámbulo y 17 artículos estableciendo la


PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO LABORAL

Principios generales del Derecho laboral Los principios generales del Derecho laboral tienen, por lo general, dos funciones fundamentales: • Fuente supletoria: cuando la ley deja vacíos o lagunas, y no existe jurisprudencia, uso o costumbre aplicable, los principios de derecho del trabajo entran como suplemento. • Fuente interpretadora: sirven también para interpretar la normativa vigente, cuando esta sea confusa o haya diversas interpretaciones posibles. A continuación se señalan algunos principios básicos del Derecho laboral: Principio protector El principio protector es el principio más importante del Derecho laboral. Es el que lo diferencia del Derecho civil. Parte de una desigualdad, por lo que el Derecho laboral trata de proteger a una de las partes del contrato de trabajo para equipararla con la otra, a diferencia del principio de igualdad jurídica del Derecho privado. El principio protector contiene tres reglas: • Regla más favorable: cuando existe concurrencia de normas, debe aplicarse aquella que es más favorable para el trabajador. • Regla de la condición más beneficiosa: una nueva norma no puede desmejorar las condiciones que ya tiene un trabajador. • Regla in dubio pro operario: entre interpretaciones que puede tener una norma, se debe seleccionar la que más favorezca al trabajador. Principio de irrenunciabilidad de derechos El trabajador está imposibilitado de privarse, voluntariamente, de los derechos garantías que le otorga la legislación laboral, aunque sea por beneficio propio. Lo que sea renunciado está viciado de nulidad absoluta. La autonomía de la voluntad no tiene ámbito de acción para los derechos irrenunciables. Esto evidencia que el principio de la autonomía de la voluntad de Derecho privado se ve severamente limitado en el Derecho laboral. Así, un trabajador no puede renunciar a su salario, o aceptar uno que sea menor al mínimo establecido por el ordenamiento; si la jornada de trabajo diaria máxima es de...



Biografía de Turgot, Anne-Robert Jacques



Francia, Europa, Economista y político francés.
Biografía: (París, 1727-id., 1781) Economista y político francés. Nacido en el seno de una familia de notable experiencia política, abandonó la carrera eclesiástica poco antes de su ordenación. Trabó amistad con Condorcet, Pont de Nemours, Gournay y otros intelectuales cercanos a la escuela fisiócrata de pensamiento económico. Tras finalizar sus estudios de derecho, inició una exitosa carrera en la Administración que, en 1761, le permitió acceder al cargo de intendente de la región de Limoges, donde exhibió unas extraordinarias dotes administrativas; impulsó un catastro de la zona y eliminó instrumentos impositivos desfasados, como la corvée. Paralelamente escribió varias obras de teoría económica como Reflexiones sobre la formación y distribución de la riqueza (1766) o Sobre la libertad en el comercio de grano (1770). En 1774, Luis XVI le designó auditor general, y durante los dos años en los que permaneció en el cargo introdujo numerosas reformas, muchas de ellas orientadas a la abolición de los privilegios de los terratenientes, cuyas intrigas provocaron su destitución.



Anne Robert Jacques Turgot, barón de Laune, más conocido como Turgot, (París 10 de mayo de 1727–18 de marzo de 1781) fue político y economista francés, fundador de la escuela de pensamiento económico conocida como fisiocracia.
Los años de formación
Nacido en el seno de una familia de notable experiencia política, abandonó la carrera eclesiástica poco antes de su ordenación. Tuvo amistad con Condorcet, Pont de Nemours, Gournay y otros intelectuales cercanos a la escuela fisiócrata de pensamiento económico. Tras finalizar sus estudios de derecho, inició una exitosa carrera en la Administración que, en 1761, le permitió acceder al cargo de intendente de la región de Limoges, donde exhibió unas extraordinarias dotes administrativas; impulsó un catastro de la zona y eliminó instrumentos impositivos desfasados, como la corvée.
Es el menor de los hijos de Michel-Étienne Turgot, preboste de los comerciantes de París, y de Madeleine Françoise Martineau de Brétignolles, perteneciente a una familia normanda de rancio abolengo. Se le educa en la Iglesia, y en la Sorbona, en la que empezó a estudiar en 1749. Su nombre en esa época es el de abad de Brucourt. Es autor de dos notables disertaciones latinas, Sobre los beneficios que la religión cristiana ha aportado al género humano, y sobre La historia del progreso en por la poesía y trata de introducir en la poética francesa las reglas de la prosodia latina. Su traducción del libro cuarto de la Eneida es acogida por Voltaire como la única traducción en prosa por la que mereciera la pena interesarse.
En 1750, toma la decisión de no entrar en las órdenes, lo que justifica, como había hecho Dupont de Nemours, alegando que no es capaz de llevar una máscara toda su vida. En 1752, consigue ser sustituto, y más adelante consejero en el Parlamento de París, y, en 1753, maître des requêtes. En 1754, forma parte de la cámara real que se forma en un exilio del Parlamento. En 1755 y 1756, acompaña a Gournay, por entonces intendente de comercio, en sus giras de inspección por las provincias, y en 1760, durante un viaje por el este de Francia y por Suiza, visita a Voltaire, con el que traba amistad. En París, acude a los salones, en especial a los de Françoise de Graffigny, al parecer interesado en casarse con su sobrina, Mademoiselle de Ligniville ("Minette"), que luego pasó a ser Madame Helvétius y con la que mantuvo amistad toda su vida, Madame Geoffrin, Madame du Deffand, Julie de Lespinasse y la duquesa de Envilie. En esa época conocerá a los teóricos fisiócratas, Quesnay y Gournay, y con ellos Dupont de Nemours, el abad Morellet y otros economistas.
Paralelamente escribió varias obras de teoría económica como Reflexiones sobre la formación y distribución de la riqueza (1766) o Sobre la libertad en el comercio de grano (1770). En 1774, Luis XVI le designó auditor general, y durante los dos años en los que permaneció en el cargo introdujo numerosas reformas, muchas de ellas orientadas a la abolición de los privilegios de los terratenientes, cuyas intrigas provocaron su destitución.
Paralelamente, estudia diferentes aspectos de la ciencia, y lenguas clásicas y modernas. En 1753, traduce las Cuestiones sobre el comercio del inglés Josias Tucker, y redacta sus Cartas sobre la tolerancia, y un panfleto, El conciliador, defendiendo la tolerancia religiosa. Entre 1755 y 1756, compone diversos artículos para la Enciclopedia, y entre 1757 y 1760, un artículo sobre los Valores de las monedas, probablemente para el Diccionario del comercio del abad Morellet. En 1759, aparece su Elogio de Gournay.
[editar] Intendente
En agosto de 1761, se nombra a Turgot intendente de la generalidad de Limoges, que incluía algunas de las regiones más pobres y más sobrecargadas fiscalmente de Francia. Permanecerá en ella 13 años. Profundamente marcado por las teorías de François Quesnay y Gournay, y se preocupa de aplicarlas en la medida de los posible en su provincia. Su primera idea era la de continuar su trabajo, ya iniciado por su predecesor Tourny, de llevar a cabo un informe catastral de su territorio, con el objetivo de llegar a una exacta estimación de la taille (impuesto). Consigue una importante reducción en la contribución de la provincia. Publica un Aviso sobre la asignación y reparto de la "taille" (1762–1770), y como presidente de la Sociedad agrícola de Limoges, ofrece premios por experimentos sobre el principio de tasación. Quesnay y Mirabeau propusieron una tasa proporcional ("impuesto de cuotidad"), pero Turgot propone una tasa distributiva ("impuesto de reparto"). Otra idea es la sustitución en lo que corresponde a las "corvées" por una tasa en moneda recaudada en toda la provincia, con el objetivo de establecer una sólida red que distribuyera con mayor justicia los gastos de construcción de carreteras, dado que esta construcción estaba asignada a contratistas.
En 1769, escribe su Memoria sobre los préstamos con interés, con motivo de la crisis que provoca un escándalo financiero en Angulema. Por primera vez se trata de manera científica el tema del préstamo, y no sólo desde un punto de vista religioso. Entre los demás trabajos que Turgot escribe durante su intendencia están la Memoria sobre minas y canteras y la Memoria sobre la marca de los hierros, en los que protesta contra las normas del Estado y su intervención, a la vez que defiende la libre competencia. Por otra parte, trabaja para favorecer la agricultura y las industrias locales, entre otras las manufacturas de porcelana. Durante la hambruna de 1770–1771, obliga a los terratenientes a ayudar a los pobres y en especial a sus aparceros, y organiza en todos los talleres de la provincia oficinas de caridad para proporcionar una actividad a los capacitados para trabajar, y un socorro a los desvalidos. Paralelamente, condena la caridad no discriminatorio. Hay que destacar que Turgot, cuando puede, hace que los curas sean los agentes de sus caridades y de sus reformas. En 1770 escribe sus famosas Cartas sobre la libertad del comercio de grano, dirigidas al controlador general de las finanzas, el abad Terray. Tres de esas cartas han desaparecido, tras haber sido enviadas por Turgot a Luis XVI más adelante y nunca se han recuperado, pero las que quedan demuestran que el libre comercio es conveniente para el propietario, para el granjero y también para el consumidor, y pide por ello una eliminación de las trabas.
Escribe uno de sus más conocidos trabajos, Reflexiones sobre la formación y la distribución de la riqueza, en la primera época de su intendencia, en beneficio de dos estudiantes chinos. En 1766, redacta las Efemérides del ciudadano, que se publican en 1769–1770 en el diario de Dupont de Nemours, y se publican de manera separada en 1776. Dupont, sin embargo, modificó el texto para que se ajustará más a la doctrina de Quesnay, lo que ocasionó que sus relaciones con Turgot se enfriaran.
Tras haber trazado el origen del comercio, Turgot desarrolla la teoría de Quesnay según la cual el suelo es la única fuente de riqueza, y divide la sociedad en tres clases: los cultivadores, los asalariados o artesanos, y los propietarios. Tras haber discutido sobre la evolución de los distintos sistemas de cultivo, sobre la naturaleza de los intercambios y de las negociaciones, de la moneda, y de la función del capital, escoge la teoría del "impuesto único", según la cual únicamente el producto neto del suelo debe ser tasado. Además, vuelve a pedir libertad total en el comercio y en la industria.
[editar] Ministro
Estatua de Turgot (Ayuntamiento de París).
Turgot es nombrado ministro de Maurepas, el mentor del rey, al que había sido muy recomendado por un amigo común, el abad Very. Su nombramiento como ministro de Marina en julio de 1774 tiene una buena acogida, en especial entre los filósofos. Un mes más tarde, es nombrado Inspector General de Finanzas. Su primera acción es la de someter al rey una declaración de principios: no habría bancarrota, no aumentaría los impuestos, no se endeudarían. La política de Turgot, ante une situación financiera desesperada, fue la de controlar de modo estricto el gasto en todos los ministerios. Todos los gastos deben ser aprobados desde entonces por el Inspector. Se eliminan algunas prebendas, indemnizando a sus titulares. Se lucha contra los abusos de las "compras al contado", a la vez que Turgot solicita personalmente al rey una generosa dotación de empleos y pensiones.
Contempla también la posibilidad de llevar una gran reforma agraria, pero tiene que conformarse en principio con imponer sus condiciones en el momento de las renovaciones de los contratos de arrendamiento: empleados más eficaces y supresión de los abusos de cierto tipo de pensiones (llamadas croupes). Esta reforma había sido eludida por el abad Terray, al darse cuenta de la gran cantidad de personas bien situadas que se veían afectadas. Turgot anula también algunas contratas, como las de la fabricación de la pólvora para cañón y la administración de la mensajería, antes confiada una sociedad de la que era consejero Lavoisier. Más tarde, sustituye el servicio de diligencias por otros vehículos más confortables, llamados "turgotinas". Prepara un presupuesto ordinario.
Las medidas de Turgot consiguen reducir el déficit de manera significativa, y mejoran el crédito de tal modo que en 1776, justo antes de su cese, consigue negociar un préstamo al 4% con banqueros, pero el déficit sigue siendo tan importante que le impide probar de modo inmediato su idea favorita: la sustitución de los impuestos indirectos por una tasa sobre los valores inmobiliarios. Suprime sin embargo un gran número de impuestos y tasas menores, y se opone, con criterios financieros a la participación de Francia en la guerra de independencia de los Estados Unidos, sin éxito.
Turgot se pone a trabajar de modo inmediato para establecer el libre comercio del grano (supresión del derecho de mercado), pero su decreto, que se firma el 13 de septiembre de 1774, tropieza con una fuerte oposición en el propio Consejo del rey. El preámbulo de este decreto, al exponer las doctrinas sobre las que se basa, le hace recibir elogios de los filósofos, aunque también las críticas de algunas personas ilustres. Turgot tiene que reescribirlo tres veces para conseguir que quede "tan purificado como para que cualquier juez de pueblo pueda explicárselo a los campesinos". Turgot se convierte en el blanco de todos los que habían especulado con el precio del grano durante el mandato del abad Terray, entre ellos, miembros de la propia familia real. Además, el comercio de trigo pasó a ser el tema favorito de los salones y el ingenioso Galiani, enemigo de los fisiócratas, cuenta con numerosos seguidores. La oposición de la época la llevan Linguet y Necker, que en 1775 publica su Ensayo sobre la legislación y el comercio del grano.
Sin embargo, el peor enemigo de Turgot resulta ser la mala cosecha de 1774, que eleva los precios durante el invierno de 1774 y la primavera de 1775. En abril se producen disturbios en Dijon, y a principios de mayo tienen lugar las revueltas conocidas como la "Guerra de las harinas". Turgot demuestra firmeza en la represión de los disturbios, y consigue el apoyo del Rey. Su posición se ve reforzada con la entrada de Malesherbes entre los ministros en julio de 1775.
En lo relativo a sus relaciones con Adam Smith, Turgot escribe : "me vi honrado con su amistad y aprecio, pero nunca con su correspondencia", pero no existen dudas sobre el hecho de que Adam Smith conoció a Turgot en París.
Finalmente, Turgot presenta al Consejo del rey en enero de 1776 sus famosos Seis decretos de Turgot. De los seis, cuatro tienen una importancia subsidiaria. Los dos que se encontraron con una violenta oposición fueron el decreto que suprimía la "corvée royale" y la eliminación de las "jurandes" y gremios. En el preámbulo, Turgot anuncia su objetivo de abolir los privilegios y de someter a los tres órdenes a imposición; sin embargo, pronto el clero se vio exento, debido a la demanda de Maurepas. En el preámbulo del decreto sobrer las "jurandes", marca como principio el derecho de cualquier hombre a trabajar, sin restricción.
Consigue el registro de los decretos por el asiento de justicia del 12 de marzo.
Sus ataques contra los privilegios le ocasionan el odio de la nobleza y del Parlamento de París; su reforma de la Casa real, el odio de la corte; su legislación de libre cambio el de los financieros; sus opiniones sobre la tolerancia y su campaña contra los juramentos obligatorios para los protestantes, el del clero; por último, su decreto sobre las "jurandes" el del la burguesía rica de París y el de otros, como el Príncipe de Conti, cuyos intereses se ven afectados. La reina Maria Antonieta tampoco lo apreciaba desde el momento en el que se había opuesto a la concesión de favores a sus protegidos, como Madame de Polignac.[cita requerida]
Las cosas se habrían mantenido si hubiese mantenido la confianza del rey, pero éste también se da cuenta de que Turgot no cuenta con el favor de los demás ministros. Incluso su amigo Malesherbes opina que es demasiado impulsivo.[cita requerida] La impopularidad de Maurepas es también creciente. Ya sea por celos ante la influencia que Turgot ejercía en el rey, o por incompatibilidad natural entre ellos, Maurepas se apunta al bando de los contrarios a Turgot y se reconcilia con la reina. Sobre esta época aparece una publicación, El sueño de M. Maurepas, que se atribuye en general al conde de Provenza (futuro Luis XVIII), que tenía una caricatura de Turgot.
Con los fisiócratas, Turgot cree en el aspecto ilustrado del absolutismo político y cuenta con el rey para desempeñar todas las reformas. En cuanto a los Parlamentos, se opuso a cualquier intervención de éstos en el tema legislativo, al considerar que no tenían competencia alguna en el terreno de la justicia. Es conocedor del peligro que entrañan los viejos parlamentos, pero no se ve capaz de oponerse con eficacia y es posible que subestimara su poder. Se opuso a la convocatoria de los Estados generales que preconizaba Malesherbes el 6 de mayo de 1775.[cita requerida] Su plan personal podemos encontrarlo en su Memoria sobre los municipios, que se sometió al rey con carácter informal. En el sistema que Turgot propone, sólo los propietarios deben formar al electorado, sin que se haga distinción entre los tres órdenes. Los habitantes de las ciudades deben elegir representantes por zona municipal, éstos a su vez eligen a los gobiernos provinciales, y estos últimos una gran diputación, que no tiene poder legislativo alguno, pero debe ser consultada a la hora de establecer tasas. Se necesita combinar un completo sistema de educación y otro de caridad para socorrer a los pobres.
Luis XVI retrocede ante la amplitud del plan de Turgot. Turgot se ve obligado a elegir entre una reforma superficial del sistema existente y una reforma total de los privilegios, para lo que era necesario ser un ministro popular y contar con un rey fuerte.
[editar] Los últimos años
Luego de tres años de retiro en una estancia de Saint Germain, Turgot enferma de tuberculosis debido a una extraña patología descubierta en él, que luego de su muerte sería denominada "Sindrome de Turgot".
[editar] Personalidad
Sus amigos contaban su encanto y su alegría en las relaciones íntimas, pero silencioso y torpe en público.[cita requerida] Tanto sus amigos como sus enemigos estaban de acuerdo en un punto: su brusquedad y su falta de tacto en las relaciones humanas;[cita requerida] Oncken señala, con razón, el tono de "maestro de escuela" de su correspondencia, incluso con el rey.
Las opiniones sobre sus cualidades de hombre de estado están divididas, pero se considera en general que es el impulsor de un gran número de reformas y de ideas de la Revolución francesa. A menudo no son sus propias ideas, pero a él se debe su difusión. Sobre sus cualidades de economista, también las opiniones están divididas. Oncken, si tomamos la opinión más negativa, lo ve como un mal fisiócrata y un pensador confuso,[cita requerida] mientras Léon Say considera que es el fundador de la economía política moderna y que "a pesar de haber fracasado en el Siglo XVIII triunfó en el XIX."[cita requerida]
[editar] Obras
• Discurso sobre las ventajas que el establecimiento del cristianismo ha procurado al género humano, trad. Dr. Gonçal Mayos.
• Cuadro filosófico de los progresos sucesivos del espíritu humano, trad. Gonçal Mayos.
[editar] Enlaces externos

EDICTO DE TURGOT

DERECHO DEL TRABAJO
EL DERECHO DEL TRABAJO.
ORIGEN ETIMOLÓGICO DE LA PALABRA TRABAJO.

En torno a la determinación del origen del termino “Trabajo” las opiniones son divididas. Algunos autores señalan que la palabra proviene del latín trabs, trabis, que significa traba, ya que el trabajo se traduce en una traba para los individuos, porque siempre lleva implícito el despliegue de un cierto esfuerzo. Una segunda corriente ubica al término trabajo dentro del griego thlibo, que denota apretar, oprimir o afligir.
Por otro lado se encuentran los autores que ven su raíz en la palabra laborare o labrare, del verbo latino laborare que quiere decir labrar, relativo a la labranza de la tierra. En el diccionario de la real academia española se conceptúa al trabajo como “el esfuerzo humano aplicado a la producción de la riqueza”. En efecto y concordantemente con lo arriba anotado, todo trabajo demanda un esfuerzo de quien lo ejecuta y tiene por finalidad la creación de satisfactores. Por su parte, el legislador mexicano incluyo en la actual Ley Federal del Trabajo, articulo 8, segundo párrafo, una definición de trabajo:“Se entiende por trabajo toda actividad humana, intelectual o material, independientemente el grado de preparación técnica requerido por cada profesión u oficio”.ANTECEDENTES DEL DERECHO TRABAJO.


LA SOCIEDAD INDIVIDUALISTA Y LIBERAL Y SU ORDEN POLÍTICO Y JURÍDICO.
El derecho del trabajo se gestó en el siglo XX, como una consecuencia de la honda división que produjo entre los hombres el sistema económico y de gobierno de la burguesía; de la lucha de la clase trabajadora que en la Revolución francesa adquirió conciencia de su misión y de su deber de reclamar la libertad, la dignidad y un nivel decoroso de vida para el trabajo; y de los esfuerzos de los pensadores socialistas que pusieron de relieve la injusticia del mundo individualista y liberal y la miseria y el dolor de los hombres que entregaban sus energías a los propietarios de las fábricas. Un...





LIBERTAD DEL TRABAJO
ESBOZO (bosquejo) HISTÓRICO DEL NACIMIENTO Y EVOLUCIÓN DEL DERECHO DEL TRABAJO.
El trabajo humano se ha ponderado y valorado desde muchos puntos de vista. La Teología, la Filosofía, la Sociología, y la Antropología cultural, entre otras, han exaltado la dignidad del trabajo humano y las consecuencias que se siguen de apreciar su dignidad. Sin embargo, las bellas y sublimes elucubraciones de estas ciencias quedarían como un ideal utópico, en el peor sentido de la palabra, si todas estas elevadas concepciones no quedaran plasmadas, de alguna manera, en normas jurídicas que obliguen bajo coerción a los empresarios, patrones y empleadores. En efecto, la ciencia del Derecho, como lo expresaban los romanos: “ubi societas ibi ius” está necesariamente presente en toda sociedad, y puesto que el trabajo es un propio del hombre, el Derecho del trabajo es un elemento imprescindible entre las principales ramas del Derecho (el Derecho social). Una de las finalidades de la ciencia jurídica es procurar la armonía y la justa superación de los conflictos en la sociedad, y precisamente las relaciones laborales son frecuentemente objeto de conflictos. Más aun, como lo señaló acertadamente el jurista alemán Hugo Sinzheimer la función específica del Derecho del Trabajo es procurar que el hombre no sea tratado como cosa. En suma, para que los altos ideales del humanismo en el trabajo no queden en letra muerta es necesario que se concreten en las normas jurídicas, ya que como bien decía Luypen el Derecho es el mínimo de ética exigible. Ahora bien, el Derecho del trabajo es de reciente adopción en la ciencia jurídica, y por lo tanto, se impone el esbozo de un estudio histórico sobre esta materia. El decir que la Historia es la maestra de la vida es algo más que un lugar común. La Historia difícil y azarosa del Derecho del trabajo en su nacimiento y evolución nos brinda sabias enseñanzas sobre el presente y el futuro de tan importante disciplina.


SINDICALISMO
INTRODUCCION
“El derecho sindical es el que estudia lo referente a las asociaciones profesionales en todos sus aspectos: orígenes, divisiones, reglamentaciones, actividades, finalidades. Se refiere al estudio de las asociaciones profesionales porque, efectivamente, lo que constituye objeto de estudio de este derecho son las asociaciones que, con motivos únicamente laborales, se han integrado a todo el mundo y se convirtieron en un factor determinante para la dignificación del trabajo.” (1) Los orígenes son las bases de todo este movimiento y de los sindicatos actuales, sin estos no tendríamos derechos en sindicatos mexicanos además de que los salarios serian mínimos e injustos conforme a lo que se trabaja, gracias a las personas que se atrevieron a alzar la voz y a poner las quejas en alto, hoy en día tenemos acceso a condiciones dignas de trabajo y prestaciones como seguridad social, una pensión entre otras. Por eso es importante resaltar el significado y la importancia de los orígenes del sindicalismo ya que son las bases de todo a lo que tenemos acceso.


1.-ANTECEDENTES
La explotación de los obreros en la época de la industrialización en Francia fue uno de los factores principales si no es que el único y principal motivo que llevo a los trabajadores de esa época a revelarse y pedir mejores condiciones de trabajo, así es como se unieron para luchar por sus derechos ya que se dieron cuenta que en grupo sus voces se podían escuchar más, aunque no fue tan fácil como parece ya que debido a que en esa época el derecho era individualista y no reconocía a los conglomerados de personas, por lo tanto no podían negociar con los patrones o hacer válidas sus peticiones.

2.- ETAPA DE PROHIBICION
Además de que en los países europeos no había derecho o ley que permitiera que los trabajadores se juntaran para pelear por sus intereses, se hizo una prohibición y lo tipificó como delito en los códigos, entonces, los trabajadores no tenían la posibilidad ni de...
MOVIMIENTO OBRERO
Surgimiento de la fábrica en Europa Durante el siglo XVIII, los inventos para mejorar los métodos de producción estuvieron a la orden: en 1733, Kay inventó la lanzadera; en 1738, White y Paul inventaron los rodillos; Higos construyó la primera máquina de hilar; 1765, Hargreaves inventó una máquina de hilar más perfecto; 1769, Watt construyó la primera máquina de vapor; y en 1785, Cartwright inventó el telar mecánico. La industria maquinizada constituyó un hecho histórico progresista, acrecentó la productividad del trabajo. Con la proliferación de las fábricas (la Revolución Industrial), cambió de forma significativa las relaciones sociales, su dinámica y la cultura en que se desenvuelve. Con ello cambió en el modo de producción, las condiciones en las cuales el obrero tendría que desempeñar su nuevo trabajo, el patrón era un nuevo tipo de hombre, diferente al maestro de los talleres artesanales; el lugar de trabajo ya no era un pequeño espacio donde se congregaban algunos artesanos a realizar sus labores con pequeños instrumentos y con sus manos; la convivencia era otra, la retribución por el trabajo cambió; y así, una serie de nuevas condiciones. Las formas de explotación económica se hicieron más intensivas y en los lugares de trabajo se empezaron a observar los cambios: en las industrias artesanales familiares, a partir de 1800, los maestros van dejando sitio a empresarios más grande, fabricantes o comerciantes y la mayoría de los tejedores, medieros y calveros se convierten en trabajadores a domicilio asalariados con un empleo más o menos precario. la empresa en gran escala con su nueva disciplina, donde el manufacturero no solo se enriquecía con el trabajo de su mano de obra, sino además se veía que se hacía rico en una solo generación. Empezó la explotación económica y la opresión política, la relación entre patrón y trabajador se endurecieron y se despersonalizaron. Imposiciones de patrón


RESUMEN DE DERECHO LABORAL II
Resume de Ronald para el parcial de Derecho laboral II A. Breve historia del Derecho de Trabajo: pequeña reseña del derecho de trabajo y de su desarrollo durante la historia. a. Tiempos antiguos: Se caracterizó por ser servil y manual: mientras que las tareas consideradas prestigiosas estaban reservadas para el clero y la nobleza. No se percibía salario sino que era la época de la esclavitud. b. Edad Media: La gente se agrupaba alrededor del castillo para la protección feudal. Se caracterizó por el aislamiento y el comercio local. c. Surgimiento de los comerciantes: luego se dio una lucha de poder entre los señores feudales y el poder real, las ciudades marítimas comenzaron a enriquecerse con el comercio internacional y surgió la nueva clase. Los señores feudales se abocaron a ellos debido a la pobreza que les causaba las cruzadas. d. Surgen las corporaciones: que eran de carácter patronal y crearon una especie de monopolio. e. Edad moderna: se fortaleció el poder Real. Los talleres no pudieron responder a la necesidad de mercado y se crean los talleres reales. Esto fue el antecedente del sistema del asalariado que se concretizo en la Revolución Francesa. Se comienza a quebrar con el monopolio, y de las corporaciones consideradas limitantes para la industria.Francia: i. 1776 Edicto de Turgot. Acusa a las corporaciones del estancamiento industrial y las prohíbe. ii. Revolución francesa. Triunfo del liberalismo político y económico. Hombres libres e iguales en el derecho. Fin de las asociaciones políticas. Libertad, seguridad, propiedad y resistencia a la opresión. Concepción individualista. iii. 1884 Código Francés: sanciona la reunión. Inglaterra: i. Adam Smith, ideas de que la reunión llevaba a la conspiración. iv. Revolución Industrial, finales XVIII. América: I. Revolución industrial, finales del XIX. Con la expansión de la industria se da la de la...



INTRODUCCIÓN
La historia del trabajo no tiene necesariamente que ver con la historia del derecho del trabajo. Pero tampoco puede afirmarse que no haya existido, antes de la revolución Industrial, un fenómeno semejante al que provocó el nacimiento de la disciplina después de las turbulencias sociales que impregnaron al siglo XIX. Situaciones de explotación del trabajo humano se han dado siempre, bajo las formas más diversas, inclusive en la etapa previa de duración indefinida que se ha caracterizado como “comunismo primitivo”.
No puede haber la menor duda de que el trabajo ha sido una constante en la evolución de la humanidad. Hasta el momento actual, no podría entenderse al hombre desprendido del trabajo. Pero lo que importa determinar son las condiciones en que ese trabajo se ha prestado. En rigor, desde la perspectiva del derecho del trabajo sólo interesa el que se lleva a cabo por cuenta de otro ya que sus normas lo que pretenden es disminuir los efectos negativos de la explotación. Esa salvedad dejaría al margen del derecho del trabajo prácticamente toda la actividad humana productiva anterior a la Revolución Industrial. Aunque sin la menor duda, antes de ella se produjeron también formas de explotación. Recordemos la esclavitud y la servidumbre.
En estos tiempos de profunda crisis del concepto tutelar de nuestra disciplina que es apenas centenaria, se intenta, sin embargo, proteger más a la producción que al productor directo -fenómeno evidente desde la etapa de los colegios romanos y hasta el final de las corporaciones de oficios- y con esa misma tesis se sacrifica hoy al empleo en beneficio del producto final, para lo que la tecnología sirve como el instrumento de mayor eficacia. No faltan ominosas advertencias a propósito de que el trabajo como tal puede, inclusive, llegar a desaparecer.
Son escasos los antecedentes de algún sistema protector. Pero para gloria de España -y habría que reconocer los méritos que en esa empresa tuvo fray Bartolomé de Las casas- las Leyes de Indias podrían constituir la notable excepción a la indiferencia normativa de la condición del hombre que trabaja. No le quita menos méritos al intento el hecho, reiteradamente invocado, de que sus normas no fueron cumplidas ya que la bondad de un sistema jurídico no depende sólo de su eficacia.


CONSUMISMO PRIMITIVO
Podemos distinguir tres épocas principales en la evolución de la humanidad: el Salvajismo, la Barbarie y al Civilización.
El salvajismo puede considerarse para algunos como la infancia del género humano. En su estadio inferior el hombre vivía en los bosques tropicales o subtropicales, básicamente bajo la protección natural de los árboles contra las grandes fieras. Dependía para vivir de los productos que ofrecía la naturaleza: frutos, nueces y raíces. El hombre era en ese tiempo el ser más débil del universo. Su única aportación fue el poder crear un medio de comunicación con sus semejantes.
El estadio medio del salvajismo comienza con la invención del arco y la flecha, instrumentos eficaces para la actividad de la cacería. Se utilizan las cuerdas. Se abandona la protección de los bosques y se busca el campo llano. Es, en lo esencial, una vida nómada que para llegar a la estabilidad, requerirá la invención de la alfarería. Hay signos de residencia fija en aldeas, cierta maestría en la producción de vasijas y trebejos de madera; se conoce el tejido a mano, aún sin telar, y el fuego y el hacha han permitido crear piraguas formadas de un tronco de árbol que también sirve para la fabricación de vigas y tablas para construir viviendas. El trabajo como tal asume formas concretas. El hombre encuentra la capacidad de transformar en su beneficio los productos de la naturaleza.
En esa etapa cabe presumir un trabajo comunal. Frente a los grandes riesgos que genera el entorno , la solidaridad humana se constituye en un instrumento esencial para la supervivencia. Que sin duda va acompañada de una cierta división del trabajo que evidentemente aún no es asalariado.
En la barbarie la alfarería marca el principio del estado inferior. En esa etapa se pueden distinguir situaciones diferentes entre el continente oriental (Asia y Europa) y el occidental (América).
El rasgo característico del periodo de la barbarie es la domesticación e cría de animales y el cultivo de las plantas. El continente oriental, llamado mundo antiguo, poseía casi todos los animales domesticables y todos los cereales propios para el cultivo, menos uno; el continente occidental, América, no tenía más mamíferos domesticables que la llama -y aún así, nada más que en una parte del Sur-, y uno solo de los cereales cultivables, pero el mejor, el maíz.
En el estadio medio de la barbarie comienza en el Esta la domesticación de animales y en el Oeste el cultivo de las hortalizas por medio del riego y el empleo de adobes y de la piedra para la construcción.
En el Este se produce la formación de rebaños y como consecuencia la vida pastoril que marca, sin duda, una nueva actividad laboral de servicio comunitario.
El estadio superior de la barbarie se caracteriza por la fundición del mineral de hierro y por el invento de la escritura alfabética y su empleo literario. Corresponden a ese estadio los griegos de la época heroica, las tribus ítalas poco antes de la fundación de Roma, los germanos de Tácito y los normandos del tiempo de los vikingos.
Aparece en este tiempo el arado de hierro tirado pos animales domésticos.
En toda la etapa descrita que corresponde a ese periodo desconocido de la prehistoria, la formación social más notable es el clan. Se trata de una organización comunitaria o comunista primitiva, en la que cabe encontrar una cierta forma de jerarquía. El jefe del clan es el mago, el único que conoce los tremendos secretos para producir la caza y los hombres. Es él quien preside las terribles sesiones de iniciación de los jóvenes, iniciación a todas las condiciones de la futura vida, verdadera etapa de aprendizaje cívico y social.
La presencia del jefe del clan daría lugar a un trabajo sometido a las órdenes de un tercero, claro antecedente del trabajo subordinado. Sin embargo, no se trataría de un trabajo destinado a producir lucro ya que lo que domina la actividad es el interés colectivo y no el particular de un hombre concreto.
La paulatina sustitución de la caza por al agricultura, en etapas en las que el clima se suaviza lentamente, las nieves se deshacen y los glaciares disminuyen para llegar a ser, como hoy, residuales, modificará sensiblemente las formas del trabajo. Surge, con el manejo de las piedras, la artesanía que permita la talla de sílex. Se crean los instrumentos. Aparece, inclusive, el arte en el que el culto a la cacería constituirá una inspiración de particular importancia. El hombre se acerca a los deltas de los ríos para aprovechar las condiciones de la humedad. La civilización se encuentra con el Nilo, el Tigris, el Éufrates y el Indo. El arado se convierte en el instrumento de la mujer.
Se domestica a los animales. Surge con mayor fuerza la división del trabajo. Junto a la cacería, la artesanía elemental creadora se instrumentos y la agricultura, surgen la construcción y la minería. La mina implica una organización social precisa.
No faltan los problemas sociales. En las minas el trabajo más duro lo hacen gentes de raza dolicocéfala (cráneos alargados), provenientes de las regiones nórdicas, creadores de las culturas forestales, grandes artesanos del sílex, desbastadores de materias primas. Producen herramientas, azadores y arados para el trabajo de la tierra, picos para la roturación y la extracción.
La etapa de las grandes construcciones dolménicas en el Próximo Oriente es el comienzo de los grandes imperios. La organización del trabajo se funda en una aristocracia dirigente, religiosa y política y una masa humana esclavizada. Los textos son testimonios vivos de los hechos y ya no se requiere para interpretarlos los materiales arqueológicos.


ASIA OCCIDENTAL ANTIGUA
Mesopotamia fue sin duda cuna de todas las civilizaciones. Este territorio estaba todavía desierto en el quinto milenio antes de Cristo cuando empezó a ser ocupado por comunidades campesinas evolucionadas que expansionaban hacia el Norte.
Sus primeras instalaciones fueron aldeas de pescadores a las que sucedieron establecimientos agrícolas establecidos sobre las orillas del Tigris y el Éufrates y lagos y canales abiertos por los primeros habitantes. Las cosechas dependían del arte de la conservación del agua puesto que era tierra de escasas lluvias. Un país propicio al cultivo de los dátiles, de la cebada, del trigo y del sésamo, falto de piedras y minerales, sustituidas las primeras por ladrillos. De comunicaciones cómodas, por la vía fluvial.
En el orden político se muestra una evolución de las ciudades sumerias por el predominio del poder civil sobre el poder religioso, en un principio confundidos.
La actividad laboral es en la antigua Mesopotamia predominantemente agrícola, aunque sus formas de explotación asuman la forma de empresas que son granja y manufactura a la vez. Abundan los oficios: panaderos, carniceros, zurradores, carpinteros, herreros, orfebres, lapidarios, etc.
Es una sociedad en la que la propiedad privada está fuertemente establecida. Las tierras se explotaban de diferentes maneras, bien por colonos, mediante una renta anual o mediante prestatarios militares o civiles.
Aparece la institución del servicio feudal que implica una concesión de bienes inmobiliarios hecha a título hereditario por el poder público a un individuo a cambio de una obligación de servicios personales. El trabajo de esclavos era de uso frecuente.
El comercio alcanza amplios desarrollos, regulados, inclusive, en el Código de Hammurabi. Se pone en vigor un sistema monetario, originalmente fundado en la cebada y los metales, sobre todo la plata bajo la forma de lingotes.
Para la realización de grandes obras reales se prefería el empleo de enemigos vencidos y esclavos públicos.. Existían clases sociales con mano de obra servil, tejedores al servicio de un amo cuya libertad era relativa, aunque no se comparaba si situación con la de los esclavos. No se trataba de una esclavitud desprovista de derechos.
La existencia de las clases no se reflejaba en otra cosa que la concepción de una oposición entre ricos y pobres, no en la idea de la lucha de clases. De ahí, que al forma de reaccionar frente a la explotación era la huida de los trabajadores.
EGIPTO
Los treinta siglos de la vida del antiguo Egipto harían suponer una transformación constante de su régimen laboral. Sin embargo, no fue así. Es un país de delta de un río, el Nilo, cuyas circunstancias son el factor que determina la vida íntegra del país. Un dato fundamental: siendo su actividad sustancialmente agrícola, durante tres mil años se usó el mismo tipo de arado.
Hay, por supuesto, la cría de ganado mayor y un cúmulo de animales domésticos: perros, asnos, bueyes, vacas, ovejas, cabras, cerdos, gacelas e incluso hienas. El caballo, introducido en la etapa del Imperio Nuevo, se utilizaba como animal de tiro, no para montarlo. Los corrales estaban llenos de patos, ocas y pichones y se hacía, inclusive, la cría doméstica de grullas.
Había también talleres artesanales en las ciudades que no eran sino grandes pueblos rurales. Las cotidianas: cerámica, carpintería. Objetos de cuero, cestería, planificación, preparación de cerveza, carnicería, etc.; se realizaban en cualquier lugar donde hubiera una comunidad. En las grandes ciudades proliferaban los oficios relacionados con los enterramientos.
Dos de las actividades en las que los trabajadores recibían un pésimo trato, eran la minería y el trabajo en las canteras. Las grandes construcciones obligaban a la creación de autenticas ciudades obreras.
En los talleres reales se producía la mejor artesanía como estatuas de piedras y de madera, y también toda clase de armas y carros de guerra. Siendo Egipto una civilización de piedra, sin embargo también se manejaban los metales, particularmente oro, plata y sobre todo bronce.
En general los salarios se pagaban en especie mediante la entrega de productos de consumo o de uso, cuyo valor adquisitivo resulta muy difícil determinar. Existía una especie de asistencia médica para quienes sufrían accidentes de trabajo.
En Egipto predominó el trabajo esclavo al lado de los oficios libres.


GRECIA
El estudio del trabajo en Grecia compromete analizar una muy prolongada etapa de la historia que podría ubicarse entre los años 2000 a.C. y el año 64, aún anterior a Cristo, en que Siria es anexada por Roma.
El primer periodo es el más prolongado, culminará alrededor del año 1050 a.C. Es conocido como periodo Cretomicénico (síntesis de Creta y Micenas) y correspondería a una etapa de economía agrícola, construcción de palacios y culmina con la aparición del hierro, lo que provoca la decadencia de las artes y de las técnicas. El momento histórico más revelante será la guerra de Troya, alrededor del siglo XIII.
Ese periodo se considera que corresponde al nacimiento del arte griego. Pueden mencionarse las siguientes etapas: neolítica, subneolítica, con el comienzo de la cerámica pintada; la cerámica flameada, vasos de piedra, ídolos de mármol; el desarrollo prepalacial, con los comienzos del bronce; la cerámica policromada, metalurgia, joyería, escritura jeroglífica; paso del jeroglífico al lineal hasta no llegar a la aparición del hierro.
Es una época de trabajos agrícolas, acompañada de una labor intensa de construcción que no habría sido posible sin la labor difícil de los trabajadores del campo.
Cada propietario trataba de resolver sus problemas con su servidumbre y sus esclavos.
No era escasa la ganadería.
El segundo periodo incluye las épocas arcaica y clásica.
La época arcaica está marcada por la dispersión de los griegos: la sustitución del grupo familiar (genos) por la ciudad; la aparición de la moneda y grandes esfuerzos de los trabajadores en todas sus actividades.
La época clásica está ubicada entre el fin del siglo VI y el IV a.C. Es una etapa de esplendor económico, con una enorme cantidad de esclavos, producto de las guerras que ejercían prácticamente todos los oficios, como joyeros, fabricantes de broches, zapateros, despenseros, burreros; campesinos, viñadores, muleros, artífices en carretas y camas; cortadores de madera resinosa, curtidores, zurradores, fabricantes de sandalias y odres; zapateros remendones; herreros, fabricantes de vasos y cubetas; negociantes tenderos, carniceros, vendedores de pescado, de salazones, de pan, de legumbres, de sésamos, estopa y cola; quincalleros, perfumistas, barberos, jornaleros, portadores de ánforas, recaderos, secretarios, etc.
No parece que la vida de los esclavos haya sido particularmente difícil. En realidad se trataba de relaciones de trabajo de mutuo interés, con cierta independencia de los servidores.
No faltan en ese periodo los profesionales liberales y entre ellos la actividad más destacada sería al filosófica.


ROMA
La fundación de Roma se ubica, probablemente con más apoyo en la leyenda que ne la realidad, en el 21 de abril de 753 a.C. Hay quien le atribuye al nombre un origen etrusco, y otros, cierta relación en un idioma indoeuropeo significando así “la ciudad del río”
El mundo romano podría dividirse en una primera etapa de protagonismo etrusco, de cartagineses y de galos en la que predomina la vida agrícola; una segunda etapa que se concentraría en el territorio hoy conocido como Italia, con la fundación de Roma obviamente de escaso desarrollo económico; la tercera correspondería a la integración militar del Alto Imperio en el que subsiste el trabajo agrícola con muy poca actividad industrial y, por último, el Bajo Imperio en el que se puede apreciar cierta política social.
La aportación fundamental de Roma a la organización del trabajo, más allá de su trascendencia política, militar, jurídica y artística, se encuentra en la organización de los colegios de artesanos.
Tuvieron cierto relieve político los colegios que de alguna manera se relacionaban con lo que hoy podríamos denominar “industria de guerra”. Serían los tignarii (carpinteros); los aerarii (obreros del bronce y del cobre) y tibicines (tocadores de flauta) o cornicines (de trompeta). Cada oficio formaba una centuria, dividida interiormente entre jóvenes y ancianos (júniores-seniores). Otros cinco colegios de artesanos no formaban centurias y no tenían derechos electorales.
De hecho los colegios romanos, integraban instituciones reconocidas oficialmente aunque no todas constituyeran organismos políticos. Los colegios eran públicos o privados. En los primeros sus miembros gozaban de ciertas prerrogativas como ser relevados de las funciones públicas, gravámenes municipales; libres de toda tutela; sus miembros no podían ser sometidos a tormento en caso de acusación y quedaban exentos del servicio militar.
Los colegios públicos eran los navicularii, boteros encargados de transportar el trigo, los víveres, los impuestos de las provincias; los pistores (panaderos); los suarii (salchicheros) y los calcis coctores et vectores (transportadores de cal destinada a las construcciones).
Los privados los formaban los argentarii (banqueros o prestamistas), los dendrophori y los tignari (trabajadores de los obrajes de madera), los lapidarii y marmorii (obreros de piedra y mármol), los centonarii (fabricantes de mantas), los negotiatores vini (mecaderes de vino); los medici y los profesores. Además de los alfareros, los bataneros, los fabricantes de estelas de caña y los borriqueros.
La estructura de los colegios era vertical. La primera categoría era formada por los colegiados, generalmente hijos de un artesano de la misma profesión, yerno o heredero o simple candidato. La segunda la integraban los magistrados de las corporaciones (patrones) y los jefes honorarios de las corporaciones.
Los colegios romanos gozaban de personalidad civil aunque no siempre fue así, lo que obligó a que adquirieran bienes por interpósitas personas (esclavos, verbigracia) aunque finalmente se les reconoció el derecho a heredar.


LA EDAD MEDIA
No existe un acuerdo unánime sobre lo que debe considerarse como principio de la Edad Media.
En general se considera que a partir del siglo V surgen las condiciones particulares del sistema medieval cuyas tres etapas principales no habrán de tener la misma duración en todas partes.
La temprana Edad Media corresponde a un periodo de economía cerrada. Se produce un decaimiento de la vida urbana en beneficio de un incremento de la actividad campesina. El comercio exterior se esconde ante las amenazas árabes. Sobreviene una economía rural y doméstica.
La Alta Edad Media asiste a la reunificación del poder alrededor del rey a un nuevo desarrollo de las ciudades en las que los reyes se apoyan para enfrentarse a los señores feudales.
La Baja Edad Media vive la crisis del sistema feudal. Implica una decadencia, constituye una época de florecimiento cultural, económico y jurídico de Europa occidental que establece las bases para el esplendor del Renacimiento
Después del siglo X que aparecen las asociaciones de mercaderes y artesanos. Lo más característico de estos grupos es ante todo la fusión de intereses, la comunidad de los esfuerzos y la estrecha alianza del trabajo.
Una característica permanente de todos los oficios es la vinculación del aprendiz. Éste si es capaz, se puede transformar en compañero habiendo adquirido el maestrazgo y puede asumir la condición de obrero especializado. El grado máximo del maestro exigía la realización de una obra maestra, un verdadero examen profesional ante un tribunal integrado por maestros que solía culminar. Las corporaciones tenían una cuidadosa administración y debían tener una calidad moral. Los maestros eran los jefes del oficio pero los jefes efectivos eran los funcionarios y jurados. Variaban su número con los oficios diferentes
Un tema fundamental en la regulación medieval del trabajo está constituido por el tránsito de la esclavitud, que desaparece con Roma aunque se mantuvo por varios siglos más, particularmente en América y aún en el siglo XX, hacia la servidumbre.
En el pacto de servidumbre el campesino se comprometía a trabajar las tierras del señor, gratuitamente, recibiendo a cambio protección del castillo. Otras prestaciones del servidor, como el reconocimiento del derecho de pernada, contribuyó también a la emancipación de los campesinos que huían a las ciudades para evitar ser siervos.
FIN DEL SISTEMA GREMIAL
El descubrimiento de una energía nueva, diferente de la humana, de la animal o del aire o del agua, la energía del vapor gracias al ingenio de James Watt (1736-1819) produjo la transformación rotunda de las relaciones de producción. A partir de este momento los gremios cedieron frente a la presencia de las empresas que, además, superaron el problema de la iluminación y, por lo tanto, de las restricciones a la duración de la jornada, con el uso del gas de carbón.
El antiguo taller familiar cedió frente a la gran fábrica que acumulaba trabajadores en condiciones infrahumanas. Pero al mismo tiempo las ideas que dieron origen a la Revolución francesa, operaban ya en el ánimo de todos y la libertad se consideró el vapor supremo del hombre. Siendo el gremio, en general, atentatorio de esa libertad ya que vinculaba al hombre de por vida al oficio, por regla general, la supresión formal de los gremios no tardó en producirse.
En primer lugar aparece la prohibición consagrada en el edicto Turgot puesto en vigor por decisión real ante el Parlamento, el 12 de marzo de 1776, que en realidad fue una decisión que apoyaba la libertad de ejercicio del comercio, artes y oficios que a cada quien le pareciere adecuado.
En segundo término la ley Le Chapelier, de 14-17 de junio de 1791, que vuelve sobre lo mismo y prohíbe las corporaciones de oficios.
En su final, después de una vida tan prolongada, el sistema gremial se vio en medio de dos fuegos: el de la revolución tecnológica y el de la revolución política. Pero seguramente la primera fue de mucha mayor influencia en el resultado. Lo que sigue después no ha sido precisamente mejor.